Introduciendo el contexto

En cuanto a la situación actual del comercio internacional, se estima que a nivel mundial la economía global está al borde de una recesión, como consecuencia de diversos acontecimientos en el sistema internacional. Según Murray, B. (2023), esta recesión es liderada por Estados Unidos y el Reino Unido. Sin embargo, otra de las variables que incidieron en este balance es el flujo y reflujo de los precios internacionales del petróleo, así como la crisis en el comercio internacional de granos y energía, como consecuencia de la guerra entre Rusia y Ucrania. Tampoco se debe dejar de lado que el conflicto en Gaza, entre Israel y Hamás, tendrá sin dudas un impacto en el corto plazo en la economía mundial.

En el caso de Europa, la región se ve afectada por el conflicto Ucrania-Rusia, que impacta en los precios de la energía, los cuales han empezado a elevarse, debido al aumento de los costos de fabricación. Es importante resaltar aquí, que la Unión Europea es el principal importador de energía proveniente de Rusia, es por ello por lo que dicho conflicto impacta de manera negativa en el consumo de los ciudadanos de Europa. Más de la mitad de los combustibles fósiles sólidos importados en 2020 (principalmente carbón), así como el 43 % del gas natural importado, provenía de Rusia (Consejo de la Unión Europea, 2023).

El caso de China, es interesante analizarlo teniendo en cuenta que es una potencia comercial que ha adquirido importancia en estos últimos años, debido al aumento de su flujo comercial (Almenarez, J. 2023). Para China, el paso del COVID-19 ha tenido un impacto negativo y ha dejado vestigios en su economía. El pronóstico para China este año supone que la demanda de algunos productos básicos seguirá aumentando y mejorando, en comparación con el año pasado, aunque las importaciones de muchos bienes de consumo de China no se recuperarán pronto (Murray, 2023).

Para los países en vías de desarrollo, la situación del comercio internacional se ve aún más complicada, ya que, si la situación no mejora, estos países podrían enfrentar problemas vinculados a la inseguridad alimentaria y problemas de deuda a medida que se disparen los precios de importación de combustible, alimentos o fertilizantes, como efecto de la guerra en Ucrania.

Lo interesante en este punto es remarcar la interdependencia económica latente en el sistema internacional, como producto del avanzado y complejo proceso de globalización. De acuerdo con los clásicos internacionalistas como Keohane y Nye (2012), la interdependencia es el paradigma de las relaciones internacionales que viene a abordar cuestiones que el paradigma realista no lo hacía. El paradigma de la interdependencia abarca las diversas y complejas conexiones transnacionales e interdependencias entre estados y las sociedades fueron en aumento, mientras que la fuerza militar y el equilibrio de poder decreciendo, pero manteniéndose en un nivel importante.

En cuanto a la valoración del año 2023, los organismos internacionales especializados emitieron sus pronósticos al respecto, por ejemplo, se esperaba que el comercio exterior tuviera un fuerte crecimiento del 3,5%, cuando en realidad solo se alcanzó un crecimiento del 1% a principios de 2023. Las Naciones Unidas (ONU), el Banco Mundial (BM) y la Organización Mundial del Comercio (OMC) ya predijeron el año pasado que la desaceleración del crecimiento económico de países influyentes desacelerará el comercio internacional

Algunas estimaciones que podemos mencionar vienen referidas de las Naciones Unidas y del Banco Mundial, por ejemplo, en la conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD, 2023), se advirtió que el mundo podría sumergirse en una recesión global y un estancamiento prolongado, a menos que los países desarrollados cambien rápidamente el curso de sus políticas monetarias y fiscales de austeridad,  así como implementen algunas estrategias para elevar el crecimiento del comercio internacional de bienes y servicios.

Según el Banco Mundial (2023) se debería simplificar, facilitar y crear condiciones para que los países y gobiernos implementen iniciativas privadas, de esta forma la economía se desarrollará y la prosperidad de la población estará garantizada. En cuanto al comercio internacional en América Latina, el mismo tiene su impronta en el sector agroalimentario. De acuerdo con el Ministerio de Agricultura Ganadería y Pesca (2023) el sector agroalimentario es: “el conjunto de actividades relacionadas con el sector productor tanto agropecuario como industrial destinado a las funciones alimentarias de la sociedad”. 

Las exportaciones agroalimentarias representan cerca del 14% de las exportaciones de productos agroalimentarios del mundo y, una cuarta parte de las exportaciones del total de bienes de la región (IICA, 2023). Esto es porque en América Latina se encuentran los principales países productores y exportadores de alimentos, así podemos nombrar Argentina, Brasil, Chile, Costa Rica, Ecuador, Paraguay y Uruguay.

Otros datos para tener en cuenta es que el 86% de las exportaciones agroalimentaria se destina a tan solo tres mercados: Estados Unidos con un 23%, seguido por Asia oriental con un 19% (donde solo China acapara el 13%), y la Unión Europea con del 18%.  Asimismo, las exportaciones agroalimentarias de América Latina están concentradas en un número limitado de productos, ya que el 51% del valor exportado se concentra en 10 productos, mientras el equivalente a nivel mundial es de 29%, siendo en su mayoría productos con poco valor agregado (FAO, 2023; IICA, 2023). Esto último resulta importante, ya que, es una debilidad para la economía latinoamericana que requiere mayores esfuerzos para revertir la situación y apuntar a una diversificación sostenida.

Nuevas Tendencias del Comercio Internacional

 

El comercio internacional ha evolucionado en los últimos años como consecuencia de la complejización de la globalización y el paso acelerado de la cuarta revolución industrial. El intercambio de los bienes y servicios ha aumentado a escalas considerables, como así también hemos observado una diversificación en la oferta mundial.

 

Este escenario internacional se debe a las nuevas tendencias del comercio internacional, dichas tendencias han provocado cambios sustanciales en la estructura económica de las relaciones internacionales. Estas tendencias marcan, de manera implícita, cambios en las diferentes cadenas de valor que integran o son parte del flujo de intercambios comerciales que se dan a nivel mundial. 

 

Entre estas nuevas tendencias, podemos mencionar el aumento de la digitalización y automatización, la importancia de la sostenibilidad, aumento de la protección comercial, regionalización del comercio internacional, entre otras. El impacto de estas tendencias se da a nivel mundial pero el mismo varía según la región.

 

Cuando mencionamos a la digitalización y automatización como una de las tendencias del comercio internacional, es casi notoria la impronta que ha tenido, y tiene, el empleo de las nuevas tecnologías en el proceso productivo de los diferentes bienes y servicios, en el transporte internacional, así también en cada uno de los eslabones de las diferentes cadenas de valor.  Cuando hablamos de la digitalización y automatización nos referimos a una de las consecuencias de la cuarta revolución industrial.

 

La tecnología se hace cada vez más presente en el ámbito de la vida humana, llevando inevitablemente a la sociedad a adaptarse a las nuevas dinámicas. Esto supone a su vez un riesgo para las fuentes de trabajo consideradas tradicionales ya que la tecnología podría llegar a reemplazarlas por completo. Más allá de esta afirmación, se debería trabajar en una estrategia dónde se puedan preservar o adaptar todas las fuentes de trabajo posibles.

La sostenibilidad también ha cobrado cada vez mayor relevancia, como consecuencia de una mayor conciencia en las cuestiones vinculadas al tema del medio ambiente. La sostenibilidad, busca asegurar las necesidades del presente sin comprometer las necesidades del futuro. Según la ONU, la sostenibilidad requiere de un enfoque integral que tome en consideración las preocupaciones ambientales junto con el desarrollo económico.

Por otro lado, el aumento de la protección comercial se remarca en la protección de las industrias nacionales y la creación de empleo en el interior, se ve un aumento de los aranceles y barreras comerciales en un esfuerzo por proteger a las empresas locales. El impacto al nivel del comercio internacional puede llevar a un aumento de las tensiones comerciales entre diferentes países, por ejemplo la acentuada “guerra comercial” entre Estados Unidos y China. Según Almenares, J. (2023) esta guerra ha tenido un impacto significativo también en los mercados financieros afectando a otras monedas como el Euro.

Por último, la regionalización del comercio internacional. A medida que los países buscan reducir su dependencia de otros mercados y promueven el comercio intrarregional, es probable que veamos un aumento en el comercio entre países de la misma región. Esto podría incluir el aumento de acuerdos comerciales regionales y acentuar la formación de bloques comerciales. Como consecuencia de la evolución en el comercio internacional y la aparición de nuevas tendencias, es indudable que existe un impacto de estas en los diferentes sistemas productivos, y/o cadenas de valor, que hacen parte de la economía internacional.

Como se ha abordado en este apartado, el análisis de aquellas tendencias que ayudan a la transformación de los sistemas alimentarios indica que, en el sistema internacional, hay una trayectoria avanzada en cuanto a esta transformación a través del agregado de valor, ya que, en la cumbre sobre los sistemas alimentarios de las Naciones Unidas de 2021, se trabajó en el rol fundamental que cumplen los productos alimentarios en el comercio internacional para impulsar el crecimiento inclusivo, la reducción de la pobreza y fomentar el desarrollo sostenible. El comercio internacional contribuye a la transformación de los sistemas alimentarios conectándose entre sí y coadyuvando a que sean más sostenibles (Disponible en: Naciones Unidas, 2023).

De las tendencias que hemos mencionado anteriormente, cada una de ellas tiene un impacto positivo en los sistemas agroalimentarios y en las cadenas de valor que lo integran. Antes de avanzar se hace necesario abordar el concepto de cadena de valor:

“Una cadena de valor comprende la amplia variedad de actividades requeridas para que un producto o servicio transite a través de diferentes etapas, desde su concepción hasta su entrega a los consumidores y la disposición final después de su uso” (Kaplinsky y Morris, 2002).

El empleo de la tecnología permitirá la automatización en los procesos productivos, el ahorro en tiempo de ejecución, así como en la mano de obra, esto permitirá el aumento en los volúmenes de producción y una aceleración en las economías de los países dependientes de este sector. Es importante resaltar, que existe un gran porcentaje de familias a nivel mundial que se dedican a la agricultura familiar, por lo que un buen uso de la tecnología permitirá afianzar este sistema productivo, sin dejar de lado el legado tradicional, de esta manera se abordará la inclusión paulatina de este porcentaje y aumentará el flujo de comercialización a nivel mundial.

Otra ventaja será que la implementación de la tecnología afianzará aquellos eslabones débiles del sistema productivo agroalimentario, fortaleciendo la misma, de esta manera, paliar lo que es una futura crisis por inseguridad alimentaria. En consonancia con esto, la FAO (2023) nos dice que una persona padece “inseguridad alimentaria” cuando carece de acceso regular a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para un crecimiento y desarrollo normales y llevar una vida activa y saludable

La tendencia vinculada a la sostenibilidad ofrece grandes ventajas a los sistemas productivos agroalimentarios. Cuando mencionamos anteriormente sobre la sostenibilidad, planteamos que buscaba preservar las necesidades del futuro, esto justamente coincide con el trabajo que tienen por delante los sistemas alimentarios para evitar una crisis por inseguridad alimentaria. La sostenibilidad implica trabajar desde un enfoque que conlleva una responsabilidad social. La labor aquí estará en lograr que los productores alimentarios empleen herramientas y estrategias más sostenibles, y amigables, con el medio ambiente, evitando desperdiciar y perjudicar el ecosistema, flora y fauna del sistema mundial.

Por último, retomar brevemente la tendencia vinculada a la regionalización. Esta tendencia menciona acerca del aumento de vínculos comerciales entre países con el fin de aumentar la producción, ser más competitivos, mejoras en el proceso productivo y aumento de la productividad.  Una mayor regionalización puede significar un agregado de valor interesante a los sistemas alimentarias, a sabiendas de que las exportaciones a nivel global en América Latina representan un 14%. Estos números podrían cambiar si los vínculos comerciales aumentan, los mismos deberían pensarse en base a similitudes geográficas, intereses en común, y pertenecer al mismo sector productivo.

 

Conclusión

No se puede negar que estamos inmersos en un sistema internacional dinámico por naturaleza, cuya constante evolución incita a que las diferentes estructuras y procesos que hacen parte de él deban modificarse o adaptarse a la nueva realidad. De esto no está exento el comercio internacional, razón de ello que este articulo analizó las nuevas tendencias que lo atraviesan y su impacto en los sistemas agroalimentarios.

Sin dudas, cada una de estas tendencias buscan fortalecer el comercio internacional. Es por ello que resulta fundamental efectuar un análisis y evaluar diferentes estrategias para el aprovechamiento de las mismas. Un agregado de valor significa un diferencial que agrega un valor añadido, es por ello por lo que llegamos a la conclusión de que cada una de las tendencias que hemos mencionado a lo largo del artículo, vienen a potenciar a los diferentes sectores productivos a través de este añadido de valor, dependiendo de cada una de las empresas y/o productor poder aprovechar al máximo sus potencialidades y maximizar sus ventajas competitivas.


Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente la organización. 


Bibliografía

Almenarez, J. (2023). La guerra comercial entre Estados Unidos y China. Disponible: https://mx.investing.com/analysis/la-guerra-comercial-entre-estados-unidos-y-china.

Consejo de la Unión Europea. (2023). “¿De donde procede la energía de la UE?”. Disponible: https://www.consilium.europa.eu/es/infographics/where-does-the-eu-s-energy-come-from/.

Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura [IICA] (2023). “El comercio internacional de productos agroalimentarios de América Latina y el Caribe y la transformación de los sistemas alimentarios. Instituto Interamericano de Cooperación para la agricultura” https://blog.iica.int/blog/comercio-internacional-productos-agroalimentarios-america-latina-caribe-transformacion-los

Kaplinsky, R. y Morris, M. (2002). Un Manual para investigación de cadenas de valor. S/E. 

Keohane, R. & Nye (2012). «Power, interdependence, and globalism». En: Power and interdependence. Nueva York: Longman Classics in Political Science.

Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesa de Argentina. (2023). “Definiciones”.  Disponible en: https://alimentosargentinos.magyp.gob.ar/contenido/revista/ediciones/01/Definiciones.PDF.

Murray, B. (2023). El comercio mundial caerá 5% este año por las dificultades geopolíticas: ONU. Disponible en: https://www.bloomberglinea.com/2023/12/11/el-comercio-mundial-caera-un-5-este-ano-por-las-dificultades-geopoliticas-onu/

Organización de las Naciones Unidas (2021). “Cumbre de los Sistemas Alimentarios”. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/food-systems-summit-2021/.

Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura [FAO]. (2023) “Hambre y seguridad alimentaria”. https://www.fao.org/hunger/es/.

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Licenciada en Relaciones Internacionales por la Universidad Católica de Santiago del Estero, sede Jujuy. Se desempeña como docente de esa carrera en la cátedra de Historia de las Relaciones Internacionales. Actualmente se desempeña como coordinadora de Frontera de la Cruz Roja Argentina. Miembro investigadora de Ceinaseg. Es integrante de la comisión coordinadora del CECPRID UCSE-DASS y se desempeña como investigadora dentro del Observatorio de Comités de Integración y ZICOSUR y dentro del mismo. Actualmente se encuentra en la ejecución de su trabajo final para la especialización de Negocios Internacionales por la Universidad Siglo 21 de Córdoba.