Dentro de la geopolítica, los puntos geográficos juegan un papel fundamental. Se dice comúnmente que la geopolítica de un país está condicionada por su territorio. Existen varios puntos en el planeta con roles estratégicos específicos: algunos destacan por su riqueza en recursos minerales, otros por su función como fronteras o estados tapón, y otros han aprovechado su ubicación para convertirse en hubs logísticos o centros clave en las cadenas de suministro global. El sudeste asiático, en particular, alberga varios «hotpoints» de gran importancia estratégica, especialmente en zonas portuarias. Sin embargo, en el ámbito de las actividades más clandestinas, destaca el conocido como Triángulo Dorado o Golden Triangle.

El Triángulo Dorado es el nombre que se le da a la región fronteriza entre Birmania (Myanmar), Laos y Tailandia, situada en la confluencia de los ríos Ruak y Mekong. Este término fue acuñado por la CIA (1979) y se utiliza comúnmente para referirse a una extensa área de 950.000 km que abarca las montañas de estos tres países. Junto con Afganistán, en la llamada Media Luna Dorada, el Triángulo Dorado ha sido una de las principales áreas de producción de opio desde la década de 1950. Hasta principios del siglo XXI, gran parte de la heroína mundial provenía de esta región, siendo posteriormente desplazada por Afganistán. Actualmente, la mayor parte del opio del Triángulo Dorado se cultiva en Birmania, seguido por Laos en menor medida (United Nations, 2023).

Punto clavo para el tráfico continental en Asia.

La región del Triángulo Dorado es conocida como el epicentro de actividad criminal, el narcotráfico, el tráfico de armas, el tráfico de personas y otras actividades ilícitas prosperan. Esta zona, se ha convertido en un punto central para el tráfico de metanfetaminas, cuyo comercio ha explotado en los últimos años, además de ser el Hub de otras redes criminales de la región. Las drogas, comúnmente empaquetadas en sobres de té, se almacenan y distribuyen desde esta área debido a su ubicación estratégica (McKirdy, 2016). Tailandia, por ser el país mejor conectado internacionalmente en el sudeste asiático continental, es una ruta clave para sacar grandes cantidades de drogas de la región. Aunque el gobierno tailandés ha tratado de frenar el tráfico de drogas, especialmente en sus fronteras con Myanmar y Laos, el tráfico ilícito sigue estando muy presente (International Drug Policy Consortium, 2024).

Fuente: Opium cultivation density in Lao PDR in 2023 (International Drug Policy Consortium, 2024)

Además del tráfico de drogas y otras actividades ilícitas, la Zona Económica Especial de Triángulo Dorado (GTSEZ) también es conocida por el tráfico de especies salvajes y en peligro de extinción (Campbell & Tanakasempipat, 2024). Según International Crisis Group, este reveló la existencia de un «zoológico» en el mapa de la zona, pero no se pudo acceder al recinto, ya que no está abierto al público. Un empleado informó que la instalación se utiliza para la cría de osos y tigres, lo que coincide con los hallazgos de la Environmental Investigation Agency (EIA), señalándolo como un lugar de cría ilegal y matadero de tigres y osos. Bloomberg,  denunció la existencia de botellas de vino de hueso de tigre a la venta dentro de la zona, un producto que, según el vendedor, es de fabricación local y se le atribuyen supuestas propiedades afrodisíacas.

Estas actividades no solo violan leyes nacionales e internacionales de protección de la fauna, sino que forman parte de una red más amplia del tráfico furtivo que ha sido denunciada por diversas organizaciones ambientales (Campbell & Tanakasempipat, s. f.). Este tipo de tráfico contribuye al grave problema de la caza furtiva y la extinción de especies en peligro, y representa otro aspecto alarmante de las operaciones criminales que se desarrollan en el Triángulo Dorado.

Antecedentes históricos de la zona

El Triángulo Dorado no solo ha sido una zona clave para el narcotráfico, sino también un refugio histórico. Durante siglos, dinastías y reinos chinos derrotados, junto con sus ejércitos, se escondían en esta remota y montañosa región, donde eventualmente se convertían en parte de las comunidades locales (Chouvy & Meissonier, 2024).

La influencia británica en el comercio del opio comenzó en 1852, cuando llegaron a la antigua Birmania (actual Myanmar) e importaron opio desde la India, estableciendo un monopolio. Este control británico sobre el opio se extendió cuando adquirieron el estado de Shan en el noreste de Birmania en 1886, lo que permitió que la producción y el contrabando de opio prosperaran, a pesar de sus esfuerzos por controlar el comercio (Global Investigative Journalism Network, s. f.).

En las décadas siguientes, la producción de opio en el sudeste asiático siguió expandiéndose, controlada principalmente por los británicos y franceses. Durante los años 40, el Triángulo Dorado se consolidó como una de las principales regiones productoras de opio del mundo. En la década de 1930, la mayor parte de la heroína ilegal que llegaba a Estados Unidos provenía de China, donde era refinada en ciudades como Shanghái y Tientsin. Durante la Segunda Guerra Mundial, el comercio de opio se vio interrumpido debido al bloqueo de las rutas comerciales, lo que llevó a los franceses a alentar a los agricultores a incrementar su producción en el sudeste asiático. Al ser un comercio muy lucrativo tanto para los británicos como para los franceses que también cultivaban opio en sus colonias de Vietnam y Camboya. Sin embargo, fue el ejército chino del Kuomintang, tras su derrota frente al Ejército Rojo de Mao Zedong, el que promovió la producción y el contrabando de opio a gran escala (Global Investigative Journalism Network, s. f.).

Después de la Segunda Guerra Mundial, la heroína se convirtió en el principal producto derivado del comercio de opio, especialmente debido a la gran demanda de las tropas estadounidenses durante la Guerra de Vietnam. Esta demanda transformó la economía del opio en la región, generando enormes beneficios para los productores locales.

Tras la independencia de Birmania en 1948, el cultivo y comercio de opio continuaron prosperando, especialmente en el Estados de Shan. Incluso después de que Birmania prohibiera el opio en 1962, el tráfico ilegal persistió. Durante la Guerra Fría, la CIA fue acusada de apoyar indirectamente el comercio de opio en la región como parte de sus esfuerzos para combatir el comunismo. Se alegó que la CIA entrenó a la tribu Hmong en Laos para luchar contra los comunistas, permitiéndoles financiar sus operaciones vendiendo opio. Aunque la profundidad de la participación de la CIA en el tráfico de drogas es objeto de controversia, su inacción inicial fue reconocida incluso por altos funcionarios como el exdirector de la CIA, William Colby (Central Intelligence Agency, 2007).

En los últimos diez años, la región ha experimentado algunos avances económicos, en parte gracias a las inversiones chinas y al cambio de cultivos hacia la agricultura. Sin embargo, en 2015  las autoridades de Yangon incautaron 26 millones de comprimidos de metanfetaminas y 1,5 toneladas de marihuana. En Laos, la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) informó que, entre 2007 y 2010, la superficie dedicada al cultivo de opio aumentó un 58% anual (UNODC, 2023).

Zona Económica Especial del Triángulo Dorado

La Zona Económica Especial del Triángulo Dorado (GTSEZ) abarca aproximadamente 3,000 hectáreas y fue creada en 2007 mediante un acuerdo entre el gobierno de Laos y el grupo Kings Romans, una empresa registrada en Hong Kong y de propiedad china. Esta zona fue concebida con el objetivo de impulsar el desarrollo económico en la región, pero rápidamente se convirtió en un epicentro de actividades ilícitas. Zhao Wei, un empresario chino a cargo del desarrollo de la zona, ha sido acusado de encabezar diversas economías ilegales que prosperan dentro de la GTSEZ (Reddy, 2023). Esta zona opera como una entidad casi autónoma. Los grupos criminales que operan en esta región se dedican a una amplia gama de actividades delictivas que van más allá del narcotráfico, incluyendo la producción y distribución de productos químicos precursores, el tráfico de personas y el fraude en línea. Una práctica particularmente alarmante es el uso de «esclavos de criptomonedas», personas víctimas de trata obligadas a trabajar sin descanso enviando mensajes de spam. Muchos de estos mensajes son enviados por individuos en el sudeste asiático que han sido traficados y explotados en este tipo de operaciones ilegales (Bloomberg News, 2024).

A pesar de los esfuerzos de las fuerzas de seguridad, incluidos los del Departamento del Tesoro de los Estados Unidos (U.S. Department of the Treasury. 2023), para sancionar y frenar estas actividades, la GTSEZ sigue siendo un centro importante para el lavado de dinero y otras transacciones financieras ilícitas. En el centro de estas operaciones está el casino Kings Romans, que juega un papel crucial en la fuga de capitales y el lavado de dinero proveniente de actividades ilegales. Las ganancias del narcotráfico y otras operaciones ilícitas a menudo se blanquean a través de estos casinos. Según algunos expertos como Crisis Group, fue uno de los principales motivos para la creación de esta zona. La Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC) ha documentado con detalle estos procesos a lo largo de los años. Esta zona es muy atractiva para estos grupos criminales debido a los beneficios fiscales y las regulaciones no existentes, pero también toman ventaja de su carácter multijurisdiccional, donde rápidamente pueden cambiar de lugar sus operaciones para evadir cualquiera represalia.

La organización de Zhao, Kings Romans, está en la lista de sanciones del Departamento del Tesoro de Estados Unidos desde 2018 (Bourgeois, 2018) por su implicación en tráfico de drogas, trata de personas, lavado de dinero, soborno y tráfico de vida silvestre. A pesar de estas acusaciones, Zhao ha negado todas las imputaciones, calificándolas como infundadas.

El casino Kings Romans, atrae principalmente a visitantes chinos debido a la ilegalidad del juego en China continental (McKirdy, 2016). Esta tendencia de construir casinos en la región del Mekong surgió después de 2014 (Gis-Réseau Asie, 2023) cuando Macao intensificó sus regulaciones sobre el lavado de dinero, desplazando esta actividad a zonas más laxas como Laos. La GTSEZ ha ganado rápidamente la reputación de ser una «ciudad china» plagada de actividades ilegales.

El Mekong escenario de rivalidad Geopolítica entre China y Estados Unidos:

El Mekong es un foco de rivalidad entre las grandes potencias, donde los estrechos vínculos de Estados Unidos con Tailandia y otros países están siendo puestos a prueba por el ascenso de China. Existen distintos factores en la zona: presión domestica para proteger a nacionales chinos fuera del territorio; aumento de la importancia del tráfico ilícito en el Mekong (se ha triplicado entre el 2004 y 2011); y la preocupación de que aumente los flujos de narcotráfico fuera de la región. Beijing percibe la importancia geopolítica del Mekong como parte de su vecindad, donde Estados Unidos tiene una cooperación en términos de seguridad y desarrollo con ellos. El rio Mekong, que divide la zona, se ha convertido en un eje de competición geopolítica, dificultando los esfuerzos de combatir el crimen organizado. Esta situación se ve reflejada en el gran impacto local, incrementando la corrupción, debilitando la gobernanza e instituciones, teniendo repercusiones alrededor de la región.

China ha adoptado una pose muy consistente en el Mekong, utilizando su influencia sobre los gobiernos nacionales y los actores no estatales para hacer negocios. La estrategia de Beijing ha sido guiada a través de una larga inversión económica para que ayude a la construcción de la paz en sus fronteras. Así, aprovecha sus enclaves en su vecindario controlados por entidades dóciles para proyectar su poder (International Crisis Group, 2023).

Dentro del plan de Pivot To Asia de la Administración Obama en Asia (The White House, Office of the Press Secretary, 2015), Estados Unidos lanzó Lower Mekong Initiative en 2009(U.S. Department of State, s. f.), lo que más tarde daría lugar a Mekong-Us Partnership en 2020 (Mekong-U.S. Partnership , 2020). Esta alianza enfatiza «soft infrastructure» para apoyar a los países bajos del Mekong, y animar a perseguir una independencia económica, buena gobernanza y crecimiento sostenible a través de programas de cooperación para el desarrollo, gestión de aguas transfronterizas y recursos naturales, seguridad no tradicional, energía e infraestructura. Esta asociación, tiene una membresía ampliada, animando al resto de países ribereños a unirse. La vinculación de Estados Unidos tiene un parte de cooperación y desarrollo, pero no abandona su postura que está ligada a «free and open Indo-Pacific», ya que en la Cumbre del sudeste Asiatico de agosto del 2021, Blinken reforzó esta postura a través de la frase «a free and open Mekong» (U.S. Mission to ASEAN, 2023).

En 2015, China lanzó su propia iniciativa: Lancang-Mekong Cooperation Framework (Ministry of Foreign Affairs and International Cooperation of Cambodia, 2021) – Langcang es el nombre que tiene el Mekong en China–. Esta iniciativa sirve como contramedida de la Lower Mekong Iniciative, a diferencia de esta, la cooperación liderada por China es estricta en membresía junto a los cinco países del Mekong bajo. Además, sirve como extensión de la Iniciativa de la Ruta de la Seda.

Algunos analistas ven la rivalidad de China y Estados Unidos en esta zona que abre una brecha entre el sudeste asiática marítimo y el continental, debido a que Beijing está creciendo su influencia diplomática y económica en Camboya y Laos, controlando sus críticas a las disputas marítimas en la ASEAN. Por otro lado, los miembros de la ASEAN han prestado más atención al área marítima que su parte continental (Stromseth, 2019).

El rio Mekong está en el centro de la competencia subregional, dado que es a la vez una fuente clave de suministro de agua y una ruta estratégica de transporte y comercio. Beijing –desde el incidente de Naw Kham en 2011 (McKirdy, 2012) – ha aumentado la proyección de su influencia económica y de seguridad río abajo, hasta la frontera con Tailandia. China también ha construido once presas en su sección de la corriente principal del Mekong (Wong, 2023). En los últimos años, otros estados y grupos de expertos han acusado a Beijing de utilizarlos para retener el agua durante las sequías y de tomar otras medidas que afectan negativamente a los países río abajo, incluidos Tailandia, aliado de Estados Unidos, y Vietnam, su socio. Si bien hay un debate sobre hasta qué punto las presas de China contribuyen a las sequías río abajo, los países del bajo Mekong están discretamente preocupados de que China pueda utilizarlas para influir en sus políticas y posiciones (Bräutigam, 2020).

Desde la perspectiva de Washington, China está desafiando los intereses de seguridad de Estados Unidos en la alianza con Tailandia, que ha ido a la deriva en las últimas décadas con la desaparición de su lógica estratégica anticomunista y la cobertura de Bangkok frente a la competencia de las grandes potencias. Para China, Washington continúa entrometiéndose con sus socios en las fronteras con China. Beijing cree que sus esfuerzos por afirmarse como el país regional dominante son consistentes con su estatus como potencia mundial. Otros países del Mekong aseguran que sienten una presión creciente en elegir bando entre las dos superpotencias, algo a lo que la mayoría se ha resistido a hacer (Stromseth, 2019).

Esta competición entre potencias obstaculiza una cooperación que busque objetivos de estabilizar la región, como el crimen organizado. Los funcionarios estadounidenses, a menudo critican a China por no hacer lo suficiente para combatir el crimen, ya sea la exportación de precursores químicos utilizados para producir opioides sintéticos como el fentanilo que se trafican a Estados Unidos; producción de heroína y metanfetamina en la subregión del Mekong; o el lavado de dinero y otras actividades ilícitas por parte de bandas criminales transnacionales con vínculos con ciudadanos chinos (U.S. House of Representatives, Committee on Oversight and Reform, 2023). Por su parte, China se queja –con cierta justificación– de que estas críticas no reconocen las acciones que está tomando para abordar estas cuestiones. También señala que los críticos combinan deliberadamente al Estado chino con criminales que son ciudadanos chinos o de etnia china, como parte de un esfuerzo por difamar a China.

Conflicto en Myanmar y repercusiones en la zona

Desde el Golpe de la Junta en febrero del 2021, se ha transformado la seguridad y la política económica de Myanmar y de sus países ribereños. Los grupos armados de resistencia que se han formado tras el golpe (recibiendo apoyo de grupos étnicos, organizaciones armadas…  han dejado al ejército de Myanmar luchando contra una serie de enemigos en una amplia zona geográfica.

El conflicto ha convertido el Estado de Shan en Myanmar en el epicentro de actividades ilícitas de la ría del sub-Mekong. El tráfico de drogas yace en el Estado de Shan en la política y económica, alimentando tanto el conflicto como la criminalidad. Los casinos y la producción de drogas tienden a localizarse en partes del estado de Shan resguardado por las milicias y otros grupos paramilitares sin ningún órgano supervisor legal. Las áreas controladas por las milicias y grupos armados tienen tratados de armisticio con los militares de Myanmar que sirven para el crimen organizado, ya que permiten tanto a los casinos como a la producción y almacenamiento de narcóticos sin ningún tipo de control e impunidad.

Las primeras áreas que están bajo el control de las Fuerzas Fronterizas (como BGF1006 en la región de Kokang con la frontera china y BGF1009 en Tachileik con la frontera tailandesa) y otras milicias se han aliado con los militares de Myanmar (Buchanan, 2016).

Algunos de estos grupos, armas y envueltos en redes de negocios ilícitos. Como resultado de llevar actividades de seguridad en sus áreas (para prevenir una incursión de grupos otros armados). En ocasiones, cuando luchan junto a los militares, se les otorga autoridad para portar armas y permiso para realizar negocios. Los militares parecen hacer la vista gorda ante sus actividades ilícitas, que, como era de esperar, realizan liberalmente, dado que no reciben financiación ni otros recursos del ejército. Estos grupos operan puntos de control para restringir el acceso a sus áreas o negocios, dándoles una gran autonomía. Además, la Junta militar de Myanmar tiene autoridad tiene la máxima autoridad sobre las milicias y las fuerzas de guardia fronteriza y considera que estas entidades semiautónomas son necesarias para ayudarle a combatir los diversos grupos étnicos armados. Los militares se han vuelto aún más dependiente de estos grupos a medida que el conflicto ha proliferado tras el golpe de febrero de 2021.

Este escenario ha transformado el contexto regional, sobre todo en el estado de Shan, que ha sido menos conflictivo desde el golpe de Estado. La Junta militar se ha centrado en las zonas más restrictivas, donde el equilibrio de poder ha cambiado. El Consejo de Restauración del Estado de Shan, (Grupo étnico armado que firmó un alto al fuego con el Gobierno), ha perdido gran parte del territorio y poder, ahora que ya no tiene el mismo nivel de respaldo en sus movimientos expansionistas contra grupos rivales que no tienen alto el fuego, como el Ejército de Liberación Nacional Ta’ang (TNLA) y el Partido del Progreso del Estado Shan (SSPP) (Transnational Institute, s. f.).

Los grupos que más se han beneficiado de la situación después de 2021 han sido UWSA (el grupo étnica armado más grande del país), el cual tiene como objetivo reconocer su área autónoma, como Estado de Wa, con el mismo estatus que el resto de los estados étnicos de Myanmar (Kramer, 2007). Desde el 2021, el grupo ha extendido su influencia cubriendo el Trans-Salween (parte del Estado de Shan entre el río Thanlyin y las fronteras de China, Laos y Tailandia.

Las Fuerzas de la Guardia Fronteriza aliadas con el ejército de Myanmar tienen una poderosa presencia en la Zona Autoadministrada de Kokang y la ciudad de Tachileik, pero se centran en gestionar negocios ilícitos en lugar de desafiar a la UWSA.

Según el informe publicado por Naciones Unidas, llamado «Southeast Asia Opium Survey 2023: Cultivation, Production and Implications», los análisis de datos recogidos en Myanmar durante la segunda oleada militar, mostró un aumento del 18% de las áreas cultivables de opio, siendo la mayor desde 2001, seguida de la disminución del cultivo en Afganistán. Myanmmar se posicionar como mayor proveedor de opio a nivel mundial (UNODC, 2023).

Opium production yields in Myanmar (2023) Fuente: UNODC

 

Conclusiones

El tráfico ilícito en la región juega un rol clave que traspasa al nivel político, social, económico. Además, es el epicentro perfecto para estas actividades debido a la poca supervisión y la incapacidad de los organismos en poder. Este nivel de influencia que existe del crimen organizado en todas las esferas de la vida hace que las condiciones de la sociedad sean realmente difíciles. El golpe de Estado en Myanmar parece haber desarrollado más esta economía sumergida.

Además, dentro del contexto geopolítico de la región. Asia Pacífico es una de las regiones más tensionadas del planeta, pero solo se hace especial foco a su lado marítimo y no al territorial. Foros como la ASEAN, han priorizado sus políticas de defensa en el lado marítimo, pero dejando de lado uno de los grandes problemas que asolan la región como el tráfico ilícito. Tampoco podemos olvidar el complejo juego que existe entre las potencias, (primero el imperio británico y francés) ya que Estados Unidos y sus aliados han estado muy presente históricamente como garante de seguridad y contención. La situación fronteriza es clave en la región, ya que su proximidad directa con China hace a esta muy vulnerable y por lo tanto a actuar (como ya se ha visto en el pasado).

En conclusión, esta zona es de las más olvidadas al estudiar la geopolítica y confrontación con China, a pesar de ser una frontera directa. También, es difícil poder exigir responsabilidades a un país, ya que los grupos criminales, aparentemente no están relacionados con ningún país (ya que carece de base poder acusar a un país de estos hechos solo porque haya miembros de esta etnia o nacionalidad). Finalmente, es necesaria una cooperación de todas las partes (sin bloques) para que realmente sean eficaces cualquier tipo de actuación contra el tráfico y crimen organizado.

Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente la organización comparte lo expresado.

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