En las últimas décadas, la economía mundial ha experimentado grandes transformaciones que han reconfigurado la composición del comercio mundial, es decir, los países que participan, cómo se intercambia y los bienes o servicios que se comercializan. La reducción de las barreras al comercio (aranceles, cuotas a la exportación y contingentes), la globalización y el desarrollo de nuevas tecnologías digitales han generado un proceso creciente en la integración comercial y financiera. Esto generó un aumento de la interdependencia económica entre los países para abastecerse de recursos, y de la aparición de las cadenas globales de valor (CGV). Bajo este contexto, hablaremos del auge de las CGV y el rol de la innovación en las relaciones económicas internacionales contemporáneas. Sin embargo, antes de comenzar es pertinente definir el término “valor agregado” en economía, siendo este el valor que adquiere un bien o servicio cuando es transformado en una cadena de producción.

Cadenas globales de valor (CGV)

Las CGV son un conjunto de redes o eslabones de producción necesarios para la elaboración de cualquier bien o el suministro de un servicio, desde su diseño, fabricación y hasta la venta al consumidor que involucran centros de producción de diversos países. Es por ello que, en nuestra cotidianidad vemos muchos productos que no son originarios de un solo país. Según la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo, el 80% del comercio mundial se realiza dentro de las CGV. Es decir, cada país participante en las CGV se especializa no en una industria sino en una determinada cadena de producción a través sus ventajas comparativas

Las CGV son de data reciente y tienen su auge en el marco del desarrollo de las tecnologías de la información, la reducción del coste de transporte y la liberalización comercial (proliferación de acuerdos de libre comercio bilaterales y regionales) con lo cual las grandes empresas o multinacionales comenzaron a trasladar sus plantas de producción a otras economías para incorporar insumos y servicios provenientes de distintos países con el propósito de reducir los costos unitarios, aprovechar las ventajas comparativas y elevar la eficiencia. Esta nueva geografía económica mundial, ha creado una división internacional del trabajo, ha impulsado el comercio internacional de bienes intermedios, de servicios intensivos en capital humano, la transferencia tecnológica y la inversión extranjera directa entre los países que participan en una cadena de valor.

¿Quiénes ganan en las CGV?

Desde el auge de las CGV, las actividades productivas de diseño, marketing, comercialización y servicios asociados (que son intensivas en mano de obra calificada, conocimientos y por ende generan más valor a la producción) han estado localizadas en las economías avanzadas mientras que las actividades de menor valor agregado como el ensamblaje se localizan en los países en vías de desarrollo. La explicación para esto es sencilla, muchas empresas buscan reubicar o deslocalizar las actividades de menor valor agregado, es decir que requieren mano de obra no calificada en países con bajos salarios y abundancia en recursos naturales. Esto en un principio parece una relación desfavorable, una situación en la cual los países en vías de desarrollo no podrían salir.

Pero el balance no es negativo, en una primera instancia, países como China o México se han visto beneficiados por el incremento de los flujos de inversión lo que ha generado nuevos empleos, mejora en el crecimiento económico (véase el milagro chino desde las reformas de Deng Xiaoping o la entrada de México al TLCAN), mayores niveles de productividad, una convergencia paulatina y mejora de los salarios reales y de renta per cápita, un impulso de las exportaciones de los países receptores de inversión extranjera en la vasta red comercial global y a mi parecer, la más importante: la transferencia tecnológica que introducen las filiales de las grandes empresas y que elevan el capital humano o conocimiento productivo del país receptor.

A su vez, las CGV pueden ser beneficiosas porque para producir un bien no se tiene que dominar todos los eslabones productivos con lo cual se fomenta a la especialización económica en aquella fase donde un país sea más competitivo. Esto puede significar el desarrollo de un parque industrial donde se pueda aprovechar un determinado segmento de la cadena de valor.

¿Los países en vías de desarrollo están condenados a las actividades de menor valor agregado?

La relación de valor agregado planteada no tiene que ser estática, puede ser dinámica con el aprovechamiento de la transferencia tecnológica solo si se participa en las CGV, se invierte en ciencia y tecnología y se genera un marco institucional favorable que respete la propiedad privada y fomente la apertura comercial. Ante los cambios y retos que plantea la 4ta revolución industrial con las tecnologías disruptivas como la automatización, la inteligencia artificial y la robotización, la política industrial de muchos países está cambiando y exigen la incorporación de la innovación, ciencia y tecnología para dejar de ser los centros de ensamblaje mundial. China anunció su reciente plan Made In China 2025 lo que refleja el propósito de incursionar en el sector tecnológico y de mayor valor agregado.

El rol de la innovación en el marco del auge de las CGV

En este sentido la innovación, juega un rol fundamental para trascender a las actividades productivas que generen mayor valor agregado de los productos que se exportan, intensivos en el conocimiento para incursionar a nuevos mercados. Y es que la ausencia de recursos naturales no es un obstáculo alguno para muchos países. Corea del Sur y Japón son referentes tecnológicos, y no precisamente por la abundancia de recursos naturales sino por su capital humano y para ello han desarrollado políticas públicas que fomentan la educación, investigación en ciencia y tecnología. Las universidades y los centros educativos juegan un rol importante para la creación, emprendimiento y desarrollo de nuevas tecnologías que transformen a la sociedad.

La Venezuela del mañana debe incursionar en las CGV y apostar por la innovación

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) considera la innovación como una herramienta para el desarrollo cuando adoptó los 17 objetivos de la Cumbre Desarrollo Sostenible en 2015. El número 9 es enfático cuando señala la creación de infraestructuras resilientes y el fomento de la innovación.

En el proceso de reconstrucción social y económica de la Venezuela que todos apostamos, las Cadenas Globales de Valor y la innovación jugarán un rol fundamental para la estabilización económica. Por una parte, las CGV podrían diversificar la capacidad productiva con el fin de superar la concentración de la producción y las exportaciones en un solo rubro (petróleo y sus derivados), también permitirán desarrollar ventajas competitivas en otros sectores lo que implicará un incremento de los flujos de inversión extranjera y quizás el más importante en mi opinión, el desarrollo de un conocimiento y tejido productivo para elevar la complejidad económica (productos con mayor grado de procesamiento) de lo que producimos.

Para ello, se requerirá la inversión en ciencia y tecnología. La educación será un factor clave para el desarrollo de un recurso humano calificado, con una cultura innovadora y empresarial, productiva y competente que pueda administrar de forma eficiente nuestra estructura productiva y comprenda los cambios recientes en la economía mundial con el fin de que nuestro país pueda recobrar influencia en el sistema internacional. 

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