Introducción: ¿Estamos ante una nueva carrera armamentista, pero con líneas de código como armas?

La creciente rivalidad entre Estados Unidos y China ya no se libra solo en los mercados tradicionales, en las rutas comerciales o en los espacios geopolíticos convencionales. Hoy, la lucha por la supremacía global se ha trasladado a un terreno más silencioso, pero igual de decisivo: el de la Inteligencia Artificial. En este nuevo frente, los protagonistas no son únicamente gobiernos o ejércitos, sino también, laboratorios de investigación, empresas y universidades que compiten por liderar el desarrollo de algoritmos cada vez más sofisticados.

En Estados Unidos, empresas como OpenAI, Google, Meta, Microsoft y AWS (filial de  Amazon) han intensificado sus apuestas en el desarrollo de modelos de IA de última generación, invirtiendo decenas o incluso cientos de miles de millones de dólares en infraestructura de IA, adquisición de talento y centros de datos. Por ejemplo, el proyecto Stargate de OpenAI en alianza con SoftBank, Oracle y Microsoft contempla una inversión de 500 000 millones de dólares durante cuatro años para desarrollar infraestructura de IA avanzada. Google adquirió el startup Windsurf por 2,4 mil millones, fortaleciendo su presencia en herramientas de codificación con IA. Mientras que Meta ha construido “superclusters” de hasta 5 GW de potencia en centros de datos para entrenamiento masivo de modelos, alineándose con inversiones de decenas de miles de millones de dólares, el pago por talento especializado en IA en Silicon Valley ha alcanzado cifras de 80 000 a 480 000 USD anuales, lo que refleja la feroz competencia por ingenieros capaces de desarrollar y entrenar modelos de última generación.

Por su parte, la República Popular China impulsa una estrategia estatal sobre estas industrias, altamente coordinada por el Consejo de Estado para el desarrollo de IA. El Plan Nacional de IA: Nueva Generación (2017‑2030), oficialmente lanzado el 20 de julio de 2017 por el Consejo de Estado, establece un cronograma para lograr paridad tecnológica en IA con Occidente para 2020, liderar en campos específicos para 2025 y convertirse en la principal potencia de IA para 2030.

Esta política promueve la sinergia entre el gobierno, universidades como Tsinghua, Peking o Fudan, y empresas tecnológicas como Alibaba, Baidu y Moonshot AI, fomentando la creación de clústeres de innovación, centros de hardware-software compartido, programas de captación de talento global (“Thousand Talents”).

IA Generativa: Un Nuevo Campo de Batalla

La inteligencia artificial generativa se ha consolidado como una de las tecnologías más disruptivas de la actualidad, no solo por su potencial económico, sino por su capacidad de transformar las estructuras de poder a nivel global. En la competencia entre Estados Unidos y China, la IA generativa ha dejado de ser una herramienta de innovación para convertirse en una pieza central dentro de la estrategia geopolítica de ambos países.

A diferencia de desarrollos tecnológicos anteriores, que solían estar confinados al ámbito industrial o científico, la IA generativa ha permeado todos los sectores de la vida cotidiana: desde el educativo hasta lo militar. Este tipo de inteligencia artificial ya no solo automatiza tareas, sino que es capaz de crear contenido original, tomar decisiones autónomas y alterar flujos de información a gran escala. Por ello, dominar esta tecnología implica también dominar parte del futuro económico, informativo y militar del mundo.

¿Qué es la IA generativa y por qué importa?

La inteligencia artificial generativa es una rama avanzada de la inteligencia artificial que no solo procesa datos existentes, sino que crea contenido nuevo a partir de ellos. Utilizando modelos entrenados con billones de parámetros, la IA generativa tiene la capacidad de generar texto, imágenes, audio, video e incluso código de manera autónoma. Este tipo de arquitectura permite aprender patrones complejos y aprovechar fenómenos emergentes que no aparecen en modelos más pequeños, lo que ha sido documentado en estudios como Emergent Abilities of Large Language Models, donde se evidencia que los modelos a escala presentan capacidades de razonamiento y creatividad que no son previsibles a partir de versiones reducidas.

Su verdadero poder reside en su habilidad para emular capacidades cognitivas humanas como el razonamiento abstracto y la toma de decisiones en contextos nuevos. Por ejemplo, investigaciones como Emergent Analogical Reasoning in Large Language Models muestran que GPT‑3 y modelos posteriores pueden resolver tareas de analogía al nivel de humanos adultos, sin entrenamiento previo específico, lo que subraya su potencial cognitivo avanzado.

Este tipo de IA no se limita a responder preguntas o ejecutar tareas preprogramadas, sino que tiene la capacidad de aprender y evolucionar a partir de nuevos datos, implementando estructuras de aprendizaje continuo (continual learning) que le permiten adaptarse a entornos cambiantes.

De hecho, la disciplina del aprendizaje continuo se ha vuelto central en sistemas que requieren mantener desempeño en entornos dinámicos, tal como describen Diethe et al (2015). en Continual Learning in Practice, donde se proponen arquitecturas capaces de adaptar modelos de IA bajo nuevas distribuciones de información.

Esta capacidad de adaptarse sin intervención humana ser un motor de automejora continua es lo que diferencia a la IA generativa de tecnologías anteriores, posicionándola como una fuerza clave en innovación tecnológica, estratégica y cognitiva. En el siguiente cuadro podemos ver una comparación de las AI generativas actuales más destacadas, que han obtenido un rápido rol como herramientas o software de referencia en el entorno digital, siendo desarrolladas en Estados Unidos y China respectivamente, las cuales son:

ChatGPT (Estados Unidos) DeepSeek (China)
Una IA que se ha integrado en la vida cotidiana de millones de usuarios como un asistente digital multifacético. En el día a día, ChatGPT se utiliza para redactar correos electrónicos, generar informes, producir contenido para blogs y ayudar en la atención al cliente.

En el ámbito educativo, se ha convertido en un tutor virtual, proporcionando explicaciones personalizadas, ayudando con tareas y generando materiales de estudio en tiempo real.

DeepSeek, la IA generativa de Moonshot AI, se especializa en entornos altamente técnicos y de alta seguridad. En el sector militar, DeepSeek se utiliza para simular escenarios de conflicto y realizar análisis predictivos que optimizan decisiones estratégicas en tiempo real.

En salud, está ayudando en el diagnóstico de enfermedades a través del análisis de imágenes médicas, y en el ámbito de la ciberseguridad, DeepSeek contribuye a la identificación de vulnerabilidades y amenazas en redes complejas.

 

La Revolución en sectores clave:

Educación: La IA generativa está revolucionando el sector educativo ChatGPT permite a estudiantes y maestros interactuar con contenido de manera más dinámica. Los sistemas de IA pueden adaptarse a diferentes estilos de aprendizaje, ofrecer tutorías personalizadas, y generar material educativo a medida, lo que facilita una educación más accesible y eficiente. Este tipo de tecnología está permitiendo una educación a distancia más interactiva, donde los estudiantes pueden recibir atención personalizada sin importar su ubicación.

Fuente: Open Praxis (2024). Generative AI Tutoring and Student Engagement

Salud: En el sector de la salud, la IA generativa está mejorando los diagnósticos médicos, DeepSeek permite analizar imágenes médicas para detectar condiciones graves como el cáncer y otras enfermedades. Además, los sistemas de IA están optimizando los tratamientos médicos, proporcionando diagnósticos más rápidos y precisos, lo que puede salvar vidas al permitir intervenciones tempranas. En el futuro, se espera que la IA sea aún más integral en la personalización de tratamientos médicos y en la creación de fármacos innovadores.

Fuente: SEO Sandwitch (2025), AI in Diagnostic Analytics: 2025 Statistical Overview

Seguridad: La IA generativa está desempeñando un papel fundamental en el sector de la seguridad, tanto en el ámbito digital como en el físico. Los sistemas de ciberseguridad ahora utilizan IA generativa para predecir y prevenir ataques informáticos, analizando patrones de tráfico y comportamientos anómalos en tiempo real.

Más allá de sus aplicaciones inmediatas, la IA generativa se ha convertido en una herramienta de poder geopolítico, facilita el control de la información en una sociedad globalizada, y también redefine las relaciones de poder entre las naciones. Esta tecnología tiene el potencial de transformar la competencia económica, militar y diplomática, en este contexto, la IA generativa puede ser vista como una infraestructura blanda crítica que, al igual que otras tecnologías disruptivas, puede ser utilizada tanto para influir en la opinión pública global, así como, modelar el futuro de la industria militar con el desarrollo de nuevas tecnologías avanzadas como los enjambres de drones, capaces de eludir los sistemas tradicionales de alerta temprana, siendo el mayor ejemplo lo ocurrido durante la operación telaraña ejecutada por Ucrania.

Fuente: OECD Digital Security & World Bank AI adoption (2024)

La capacidad de influir sobre narrativas globales, la educación, y la producción de contenido digital coloca a la IA generativa en una posición estratégica similar al poder blando. Aquellos que controlen la generación y distribución de información tendrán una ventaja significativa en las relaciones internacionales, especialmente en la diplomacia y en el comercio global. Este nuevo poder de crear y modificar realidades puede ser un factor determinante en el futuro de las grandes potencias.

DOS VISIONES, UN ALGORITMO

La competencia entre ChatGPT y DeepSeek refleja mucho más que una carrera tecnológica: es la manifestación de dos modelos de desarrollo, dos formas de concebir el poder y dos apuestas geopolíticas profundamente distintas. En un escenario internacional donde la inteligencia artificial se ha convertido en un activo estratégico de primer orden, estos sistemas no solo responden a distintas arquitecturas técnicas, sino también a marcos ideológicos, económicos y de gobernanza opuestos. En última instancia, el verdadero campo de batalla son los códigos y algoritmos, que funcionan como “armas blandas”: no destruyen ciudades ni ejércitos, pero condicionan economías, diplomacias y sociedades enteras. Estas líneas de código influyen en la competitividad industrial, en la negociación de tratados comerciales, en la configuración de alianzas estratégicas y en la narrativa diplomática que cada potencia proyecta al mundo.

Estados Unidos, con ChatGPT a la cabeza, impulsa un modelo basado en la innovación del sector privado, enmarcado en la economía de mercado y en un ecosistema descentralizado. Este modelo, sin embargo, se articula con la estrategia del Pentágono, que ha intensificado la inversión en IA para ciberdefensa, logística militar y simulaciones estratégicas, y con las políticas de la Casa Blanca, que buscan garantizar un desarrollo “seguro y confiable” de la tecnología a través de marcos regulatorios como el Blueprint for an AI Bill of Rights y la Orden Ejecutiva de 2023 sobre IA.

En este entramado, OpenAI se convierte en emblema de la innovación estadounidense: aunque es una empresa privada, su influencia trasciende hacia la diplomacia tecnológica, proyectando el poder blando de Washington en la competencia global. Por su parte, China, con DeepSeek como referente, promueve una IA desarrollada bajo los principios de la planificación estatal, la soberanía tecnológica y la integración estrecha entre el aparato científico, empresarial y militar. El Plan Nacional de Desarrollo de la IA de 2017, junto con informes recientes sobre la coordinación estatal-industrial, reflejan que Pekín entiende la inteligencia artificial como un recurso estratégico para reforzar su autonomía tecnológica y su influencia geopolítica.

Estos dos enfoques no solo compiten por quién domina el desarrollo de la IA generativa, sino también por quién impone sus reglas, valores y estructuras de poder en la era digital. La confrontación se traslada también al terreno económico: las sanciones estadounidenses a la exportación de chips avanzados hacia China en particular los fabricados por NVIDIA, esenciales para el entrenamiento de grandes modelos de IA, han encarecido y ralentizado los proyectos chinos, obligando a Pekín a invertir miles de millones en el desarrollo de semiconductores nacionales. Mientras tanto, Estados Unidos utiliza estas restricciones como un instrumento de diplomacia coercitiva, encareciendo la carrera tecnológica de su rival y reforzando su control sobre la cadena de suministro global. Comprender a ChatGPT y DeepSeek como expresiones de estos modelos más amplios es esencial para entender el verdadero rostro de la Nueva Guerra Fría digital.

En este contexto, el impacto financiero es notable: NVIDIA reconoció que su cuota de mercado en China cayó prácticamente a cero, cuando antes representaba entre el 20 % y el 25 % de sus ingresos de centros de datos (cerca de US$ 41 mil millones). Además, la compañía enfrenta un cargo de US$ 5.5 mil millones ligado directamente a las restricciones, y tanto NVIDIA como AMD se han visto obligadas a aceptar acuerdos de pago de hasta 15 % de sus ingresos en China al gobierno estadounidense para poder mantener licencias de exportación. Estas cifras muestran que la disputa tecnológica no solo es política y militar, sino también un pulso financiero de primer orden que afecta a las mayores corporaciones del sector.

El desarrollo de ChatGPT por parte de OpenAI, con un fuerte respaldo financiero y tecnológico de Microsoft, encarna el enfoque estadounidense hacia la inteligencia artificial: un modelo donde la innovación surge de la competencia entre empresas privadas, el acceso al conocimiento es relativamente abierto, y el liderazgo tecnológico se proyecta como una forma de poder blando. Desde sus primeras versiones, ChatGPT ha sido concebido como una herramienta con múltiples aplicaciones: desde asistentes personales y creación de contenido, hasta apoyo en educación, medicina o programación. Su uso cotidiano ha transformado la forma en que millones de personas interactúan con la tecnología, convirtiéndolo en una puerta de entrada masiva al uso de la inteligencia artificial.

No obstante, este crecimiento acelerado ha despertado advertencias sobre una posible “burbuja tecnológica” de la IA, alimentada por valoraciones bursátiles infladas, expectativas desmesuradas y una competencia frenética por captar inversión en startups y proyectos vinculados a modelos generativos. Tal como señala The Economist, las inversiones masivas en chips, centros de datos y entrenamiento de modelos han elevado el mercado a niveles que recuerdan al estallido de la burbuja puntocom, con el riesgo de que los beneficios prometidos tarden en materializarse.

En la misma línea, Bloomberg subraya que la fiebre por la IA reaviva las memorias de la burbuja de los años 2000, con analistas que advierten que el entusiasmo inversor ha llevado a valoraciones extremas, dependientes de ingresos futuros inciertos. En este sentido, el éxito de ChatGPT no solo refleja un cambio cultural y tecnológico, sino también la fragilidad de un ecosistema donde la euforia inversora podría desembocar en un ajuste financiero de gran escala.

Instituciones como MIT, Stanford, Harvard y Berkeley forman parte del motor que impulsa esta innovación, proveyendo talento, investigación y colaboraciones que alimentan al sector privado. En este entorno, la cooperación entre academia, empresa y capital de riesgo ha sido clave para mantener la ventaja competitiva de EE. UU. en tecnologías emergentes. Otro elemento clave en esta ecuación es la figura de Elon Musk, uno de los fundadores de OpenAI, quién se retiró de la organización en 2018 por diferencias estratégicas, recientemente ha intensificado su interés en el fortalecimiento del desarrollo de IA generativa y ha expresado abiertamente sus críticas hacia la actual orientación comercial de OpenAI.

Musk considera que el modelo ha sido capturado por intereses corporativos, especialmente tras la alianza con Microsoft, dicha alianza refleja las tensiones internas dentro del ecosistema estadounidense de IA, donde la frontera entre cooperación y competencia es cada vez más crucial con el desarrollo de DeepSeek.

Es importante destacar que, ChatGPT, amplia accesibilidad, su capacidad multilingüe y su estilo conversacional lo convierten en un embajador digital de los valores democráticos, del libre mercado y del individualismo, alineados con la visión estratégica de EE. EE. UU. sobre el papel de la tecnología en el mundo. El liderazgo de ChatGPT no está exento de tensiones: crecen las preocupaciones sobre los sesgos culturales del modelo, su impacto en el empleo, la dependencia tecnológica que genera en países en desarrollo, y los riesgos asociados al uso de IA generativa en desinformación y manipulación de narrativas. Pese a ello, ChatGPT sigue siendo una muestra contundente del poder tecnológico y narrativo que puede ejercer Estados Unidos a través de la IA.

En el otro extremo de esta carrera tecnológica se encuentra DeepSeek, una inteligencia artificial desarrollada por la compañía china Moonshot AI, respaldada por conglomerados como Alibaba y favorecida de manera indirecta por la orientación estratégica del Partido Comunista Chino. A diferencia del enfoque estadounidense más marcado por la iniciativa privada y la innovación empresarial, DeepSeek encarna un modelo de IA estrechamente vinculado a la planificación estatal y a la estrategia de soberanía tecnológica promovida desde Pekín.

Su diseño no se limita al ámbito comercial: integra arquitecturas que le permiten operar en plataformas de simulación militar, realizar análisis de escenarios geopolíticos y ejecutar predicciones económicas de alta complejidad. De esta manera, DeepSeek no solo refleja el avance científico chino, sino que también se convierte en una herramienta de poder blando y duro, proyectando la ambición de China de reposicionarse como líder tecnológico en la nueva Guerra Fría digital, con una arquitectura capaz de integrarse en plataformas que permiten simulaciones militares, análisis de escenarios estratégicos y predicciones económicas complejas.

Uno de los aspectos más destacados del desarrollo de DeepSeek ha sido su eficiencia financiera. Según estimaciones preliminares, el entrenamiento de su modelo base costó significativamente menos que el de sus contrapartes occidentales, debido al uso de infraestructura nacional optimizada, subsidios estatales, acceso a grandes volúmenes de datos centralizados, y un modelo de integración vertical entre universidades, empresas y gobierno.

Esta capacidad para producir resultados competitivos con menos inversión le otorga a China una ventaja estratégica en términos de escalabilidad y sostenibilidad a largo plazo, respondiendo directamente a los lineamientos del Plan Nacional de Inteligencia Artificial de China (2017-2030), que busca consolidar al país como líder mundial en inteligencia artificial para finales de esta década.

Universidades de élite como Tsinghua, Peking y Fudan, así como, las grandes empresas tecnológicas del país forman al talento técnico, en el desarrollo de investigaciones orientadas al interés nacional, muchas veces en coordinación con el Ejército Popular de Liberación y agencias gubernamentales, el modelo chino no deja la IA al libre mercado, sino que la dirige estratégicamente como un activo soberano.

Conclusiones

El ascenso de ChatGPT y DeepSeek no solo refleja avances tecnológicos acelerados, sino que simboliza la confrontación entre dos visiones opuestas en la nueva Guerra Fría Digital. Mientras Estados Unidos impulsa la innovación abierta y el poder blando, China apuesta por la soberanía tecnológica y el control centralizado, situando la inteligencia artificial en el centro de su estrategia de modernización nacional.

Sin embargo, más allá de esta dualidad, el aprendizaje más relevante es que la IA se ha convertido en un recurso estratégico transversal, con impactos profundos en sectores como la educación, la salud y la seguridad/defensa, que no solo transforman la productividad y la eficiencia, sino también la forma en que los Estados construyen su poder e influencia global.

El aula digital personalizada, los diagnósticos médicos potenciados por algoritmos y los sistemas de ciberdefensa anticipatoria ilustran cómo la IA redefine no solo la economía, sino también las capacidades sociales y políticas de las naciones.

Al mismo tiempo, es necesario visionar un escenario más amplio, con el nuevo rol que puede tener la India, con el desarrollo de sus ecosistemas tecnológicos emergentes y su mercado de datos masivo; la postura de la Unión Europea, quién busca posicionarse como regulador global con iniciativas como la AI Act; Japón, capital del imperio de las máquinas con su énfasis en la robótica avanzada y la IA aplicada al envejecimiento poblacional; y América Latina, que, aunque rezagada, empieza a articular estrategias enfocadas en áreas como la agroindustria, la seguridad urbana y la educación digital. Todos estos polos muestran que la carrera por la IA no es exclusiva de Washington y Pekín, sino que se está configurando como una competencia global multipolar.

La IA, además, ya no se limita a sectores estratégicos tradicionales: está penetrando en el urbanismo inteligente (ciudades conectadas y gestión predictiva de recursos), el comercio digital y logístico (optimización de cadenas de suministro, predicción de consumo, comercio autónomo) y la vida cotidiana (desde asistentes virtuales hasta servicios financieros automatizados).

Esta integración plantea un dilema crucial: si la inteligencia artificial será un motor de desarrollo equitativo o, por el contrario, profundizará las asimetrías entre regiones con alta capacidad de innovación y aquellas dependientes de importar tecnología.

En definitiva, la IA ya no es solo una tecnología, sino la infraestructura blanda del siglo XXI, capaz de redefinir las reglas del comercio, la diplomacia y la vida urbana. Su desarrollo plantea aprendizajes claros: que los Estados deben combinar innovación y regulación, que las sociedades necesitan preparación para mitigar riesgos y desigualdades, y que el debate debe ampliarse más allá del eje USA-China hacia un mundo donde múltiples actores reclaman su lugar en la definición del futuro digital.

Recordemos la pregunta inicial:

¿Estamos ante una nueva carrera armamentista, pero con líneas de código como armas?

Encuentra respuesta afirmativa, pero con una salvedad: la batalla no se libra únicamente entre dos superpotencias, sino en un ecosistema global donde el algoritmo se convierte en la nueva unidad de poder.


Las opiniones expresadas en este artículo son de exclusiva responsabilidad del autor y no necesariamente la organización comparte lo expresado.


Bibliografía

Alibaba anuncia una inversión de 52.000 millones de dólares en IA y nube durante los próximos tres años. (2025, febrero 24). ComputerWorld. https://www.computerworld.es/article/3832646/alibaba-anuncia-una-inversion-de-52-000-millones-de-dolares-en-ia-y-nube-durante-los-proximos-tres-anos.html

Associated Press. (2025, abril 10). OpenAI countersues Elon Musk in legal dispute over ChatGPT maker’s business ambitions. AP News. https://apnews.com/article/31e3d238be1295ab23505b063693b58e

Cadenas, S. (2025, enero 30). ¿Por qué es tan importante la llegada de DeepSeek? «Es democratizar la inteligencia artificial». Cadena SER. https://cadenaser.com/nacional/2025/01/30/por-que-es-tan-importante-la-llegada-de-deepseek-es-democratizar-la-inteligencia-artificial-cadena-ser/

DeepSeek LLM: Scaling Open-Source Language Models with Longtermism. (2024, enero 5). arXiv. https://arxiv.org/abs/2401.02954

DeepSeek narrows China-US AI gap to three months, 01.AI founder Lee Kai-Fu says. (2025, marzo 25). Reuters. https://www.reuters.com/technology/artificial-intelligence/deepseek-narrows-china-us-ai-gap-three-months-01ai-founder-lee-kai-fu-says-2025-03-25/

DeepSeek sacude la industria de la IA: un vistazo a otros modelos chinos de inteligencia artificial. (2025, enero 28). Los Angeles Times en Español. https://www.latimes.com/espanol/vida-y-estilo/articulo/2025-01-28/deepseek-sacude-la-industria-de-la-ia-un-vistazo-a-otros-modelos-chinos-de-inteligencia-artificial

Fundador de 01.AI afirma que DeepSeek reduce a tres meses la brecha en IA entre China y EE.UU. (2025, marzo 25). Yahoo Noticias. https://es-us.noticias.yahoo.com/fundador-01-ai-afirma-deepseek-141916782.html

Millonario plan de inversión de Alibaba en inteligencia artificial. (2025, febrero 24). Yahoo Finanzas. https://es.finance.yahoo.com/noticias/millonario-plan-inversi%C3%B3n-alibaba-inteligencia-105000181.html

MoonShot AI Vs. DeepSeek: A Comparative Look at Two Cutting-Edge Chinese AI Companies. (2025, febrero). LinkedIn. https://www.linkedin.com/pulse/moonshot-ai-vs-deepseek-comparative-look-two-ginish-george-phd-78fmc

Por qué es tan importante la llegada de DeepSeek: «Es democratizar la inteligencia artificial». (2025, enero 30). Cadena SER. https://cadenaser.com/nacional/2025/01/30/por-que-es-tan-importante-la-llegada-de-deepseek-es-democratizar-la-inteligencia-artificial-cadena-ser/

Reuters. (2025, abril 9). OpenAI countersues Elon Musk, claims harassment. Reuters. https://www.reuters.com/legal/openai-countersues-elon-musk-claims-harassment-2025-04-09/

The Times. (2025, abril 11). Sam Altman’s OpenAI accuses Elon Musk of ‘campaign of harassment’. The Times. https://www.thetimes.co.uk/article/sam-altmans-openai-accuses-elon-musk-of-campaign-of-harassment-cz3vscl8q

The Verge. (2025, abril 10). OpenAI countersues Elon Musk to stop his attacks and ‘fake takeover bid’. The Verge. https://www.theverge.com/news/646308/openai-countersues-elon-musk-to-stop-his-attacks-and-fake-takeover-bid

What is DeepSeek and why is it disrupting the AI sector? (2025, enero 27). Reuters. https://www.reuters.com/technology/artificial-intelligence/what-is-deepseek-why-is-it-disrupting-ai-sector-2025-01-27/

Compartir
Máster en Diseño, Gestión y Dirección de Proyectos, especialización en Cooperación Internacional de la Universidad Europea del Atlántico; Licenciado en Relaciones Internacionales por la Universidad del Valle de Nicaragua, con experiencia en el análisis Geopolítico y Geoestratégico, Diplomacia Económica de China y Estados Unidos, Cooperación y Diplomacia de Defensa; ha formado parte de varios Centros de Investigación y Thinks Tanks de América Latina y España.