Cada 24 de octubre se conmemora el nacimiento de la Organización de Naciones Unidas (ONU), al ser un organismo intergubernamental que reúne a más de 190 países y tiene una relevancia en la conformación del mundo moderno, puesto que entre sus propósitos busca prevenir la guerra, mantener la paz y la seguridad internacionales a través del arreglo pacífico de controversias y la cooperación internacional para encontrar soluciones al sin número de problemas mundiales. Si hay algo característico de la ONU es su esfuerzo por establecer espacios institucionalizados para que los Estados identifiquen intereses comunes y establezcan relaciones cooperativas ante una realidad internacional cambiante.

Sin embargo, a pesar de que las Naciones Unidas sigue siendo un pilar institucional indispensable del Sistema Internacional contemporáneo al trabajar en todo el planeta por promover la paz, el desarrollo sostenible y los derechos humanos, no está exenta de controversias en los últimos tiempos, convirtiéndose en el blanco de críticas de los intelectuales y estadistas mas escépticos, al creerse que no está preparada para afrontar los problemas mundiales que se le presentan, los cuales tienen un cariz más radical y delicado que durante los últimos años. De la mano de unas sencillas preguntas dirigidas a explicar la esencia y propósitos de las Naciones Unidas, así como de la opinión de expertos con distintos enfoques y aproximaciones teóricas, desde CEINASEG buscamos establecer que rol juegan las Naciones Unidas en el actual panorama mundial caracterizado por el ascenso de los nacionalismos y extremismos, la proliferación de conflictos intraestatales, el cuestionamiento al multilateralismo y la crisis del orden liberal internacional.

En tal sentido, le hemos consultado a varios expertos (Alfredo Vazquez, Alberto Hutschenreuter, Esther Mobilia, Magdalena Bas y Mayger Urbina ) sobre el tema para contrastar opiniones, aproximaciones teóricas y puntos de vista. 

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Alberto Hutschenreuter

Argentino. Doctor (summa cum Laude) en Relaciones Internacionales. Profesor en el Instituto del Servicio Exterior de la Nación (República de Argentina). Autor de numerosos libros donde predominan cuestiones sobre geopolítica y sobre Rusia. Su último texto se titula «Un mundo extraviado. Apreciaciones estratégicas sobre el entorno internacional contemporáneo» (Editorial Almaluz, Buenos Aires, 2019).

¿Cómo definiría a la Organización de Naciones Unidas en sus propias palabras actualmente?

La definiría como una entidad interestatal necesaria, pues es lo más próximo a una organización que intenta que la descentralización internacional, una de las principales y más categóricas características de las relaciones entre Estados, no sea una realidad tan absoluta. La ONU no llega a lograr que exista centralización, es decir, ser un centro o gobierno que rige a los Estados, es cierto, pero es un foro donde los Estados “que no cuentan” (en función de la estructura internacional y de las capacidades de los Estados) pueden llevar allí su voz y presentar situaciones que los afectan.

Ello no implica que sus problemas se solucionarán, pero, al menos, se exponen en el escaparate de problemáticas o conflictos internacionales e intra-estatales; por ejemplo, el Reino Unido ocupa una parte del territorio argentino, las Islas Malvinas. De no ser por la ONU, la Argentina difícilmente podría hacer valer públicamente sus derechos (categóricos) sobre esos territorios estratégicos del Atlántico Sur. En cuando a conflictos hacia dentro de Estados, sin la presencia y los informes (particularmente del Relator) de la ONU, el caos en zonas como, por ejemplo, Darfur, al oeste de Sudán, quedarían totalmente aisladas fuera de control.

Por otro lado, existen conflictos que de no ser por la presencia de la ONU habrían evolucionado o escalado hacia situaciones difíciles de considerar, por caso, Chipre, una isla ubicada en una zona geopolítica selectiva del globo.

Por último, es importante tener presente que la ONU no solo significa sus principales órganos, especialmente, Consejo de Seguridad, Asamblea General y Secretaría General, sino esa “galaxia” que es el “sistema de la ONU”, que implica aquello que Oran Young muy bien denominó “órdenes administrados”, esto es, regímenes internacionales específicos que proporcionan canales de negociaciones entre Estados, como la Organización Mundial del Comercio (OMC), u organizaciones de ayuda mundial vital, por ejemplo, la Organización Mundial de la Salud (OMS).

¿Considera que la ONU ha logrado cumplir sus objetivos desde el momento en que fue creada o ha caído en contradicciones a lo largo de su historia?

Ha logrado muchos propósitos, sobre todo cuando no se encuentran en liza los intereses de los actores poderosos. Porque los miembros permanentes del Consejo de Seguridad no siempre se hallan en desacuerdo al momento de autorizar resoluciones: varias y variadas “misiones onusianas” en África son posibles por el grado de cooperación entre aquellas. De modo que, considerando que las relaciones internacionales son, ante todo, relaciones de poder antes que relaciones de derecho, la ONU ha logrado “ganancias” relativas en relación con algunos de sus propósitos.

Más que en contradicciones, la ONU ha quedado atrapada dentro de la lógica de conflicto de los poderosos, por caso, durante la Guerra Fría la organización funcionó según la voluntad de los poderes mayores de ese particular régimen internacional.

 ¿En qué se diferencia la ONU de otras organizaciones previas o contemporáneas? ¿Es más o menos importante que algunas de ellas?

El antecedente inmediato de la ONU ha sido la Sociedad de las Naciones, una “organización internacional de vencedores”, como sostuvo de ella el Comisario de Asuntos Exteriores de Rusia, Grigori. Chicherin. Pero la Sociedad no disponía de una fuerza que impusiera eventualmente la paz, de allí que se la consideraba una entidad internacional “desdentada”. Solucionó algunas cuestiones menores entre Estados, pero no pudo hacer nada contra el talón de Aquiles de toda organización intergubernamental: las capacidades de los Estados y las diferentes percepciones de seguridad de los Estados en relación de una situación o amenaza, una realidad que echa por tierra con el mecanismo de la seguridad colectiva.

La ONU dispone de fuerzas, aunque la lógica del poder y de las capacidades de los Estados preeminentes la condicionan sobremanera. Peor todavía, muchas veces dichos poderes proyectan sus intereses a través de la propia organización.

Pero no se puede desconocer que ha implicado un avance, sobre todo por la extensión de los regímenes internacionales a escala mundial, como asimismo por la inclusión de la temática de la situación de los pueblos, es decir, aquello que Hedley Bull denominaba “política mundial”, las cuestiones que tenían lugar hacia dentro de los Estados, para distinguirla de la “política internacional”, esto es, cuestiones entre Estados.

De manera relativamente reciente, el principio de la “responsabilidad de proteger” es sin duda un avance en dirección de la salvaguarda de los pueblos. Esto no era un tema antes de la ONU.

En el espectro de las mismas misiones, la ONU ha desempeñado un interesante papel en aquellas misiones denominadas “de primera” y “de segunda generación”, esto es, observación, vigilancia de treguas, separación de contendientes, etc. Ya en aquellas misiones de “tercera” y “cuarta generación”, donde el clima de hostilidad, la complejidad de los conflictos y los intereses en liza son mayores, allí la ONU afronta restricciones.

Por último, la tarea que desempeña el Secretario General es muchas veces clave para encaminar situaciones entre Estados o hacia dentro de los Estados.

 ¿Cuáles son los mayores límites de la ONU cuando surge un conflicto internacional en la actualidad?

Sin duda alguna, los límites son los intereses de los Estados. Como decía Winston Churchill, “ningún poder preeminente permitirá jamás que una organización internacional adopte decisiones por ellos”. Esto es una “ley de hierro” en las relaciones inter-estatales. Dichos Estados acompañarán a la ONU hasta que entren en liza sus intereses o no se den “reorientaciones” de la misión; a partir de allí, la organización puede convertirse en rehén de los intereses y acuerdos de los Estados.

En el “caso Libia” hemos visto algo de ello. Entonces, la ONU aprobó (resolución 1973 del Consejo de Seguridad) la intervención multinacional para salvaguardar un bien mayor en ese país: los derechos humanos del pueblo libio. Pero ese propósito loable fue modificado durante la intervención de la fuerza multinacional occidental, que atacó a las fuerzas del régimen encabezado por Kadafi. Sabemos qué sucedió después con el líder libio y sabemos también que la Libia pos-Kadafi terminó siendo la Libia pre-Kadafi, es decir, un país fragmentado en el que pesa la lógica de los clanes.

Cuando surgió la guerra en Siria, China y Rusia, recordando lo que había sucedido en el caso libio, no autorizaron la intervención en el país de Medio Oriente, que se convirtió en un conflicto con anillos múltiples en cuanto a actores locales, zonales y extrazonales.

Entonces, vemos que hubo una severa limitación que ha costado que en Siria murieran cerca de 400.000 personas y la población se redujera prácticamente a la mitad como consecuencia de la salida de sirios hacia diferentes sitios. La dimensión social del conflicto produjo una crisis en la misma Unión Europea, como así el ascenso de nacionalismos y el regreso de políticas de introspección nacional.

Cuando suceden desavenencias entre los poderosos, allí tiene lugar la peor de las situaciones que enfrenta la ONU: su paralización y, consecuentemente, la “autonomización” de los conflictos con las peores de las secuelas, pues cuando desaparece la cooperación entre los poderosos, desaparece aquello que el experto Gustavo Díaz Matey ha denominado “amortiguadores de conflictos”.

Otra limitación que podemos observar surge cuando las fuerzas de la ONU se hallan en una zona hostil, quedando prácticamente aisladas, como sucedió, por caso, en la zona este de la República Democrática del Congo; asimismo, el clima belicoso incrementa las dificultades para que la ONU luche para evitar la propagación de fenómenos como el virus del Ébola.

La realidad-tendencia antimultilateralista del mundo actual es un “alto factor de riesgo” para la ONU; peor aún si el desdén por el multilateralismo reside en los poderes preeminentes. La excesiva concentración en “el interés nacional primero” acaba por convertir a las organizaciones multilaterales en expresiones de formalismo, al tiempo que proporcionan argumento al otro factor que las mina: el nacionalismo.

Finalmente, el factor económico es un importante obstáculo. Me refiero a los intereses de las corporaciones de armas y de la enorme industria que pervive gracias a las guerras, como así de aquellos centros interesados en explotar recursos, para lo cual el caos y la guerra son muy funcionales.

Según su criterio y en base a la pregunta anterior ¿La ONU debería reformar algunos de sus órganos o son los Estados quienes deben cambiar sus concepciones? ¿Cuáles serían las reformas pertinentes en uno u otro caso?

Sin duda que la composición del Consejo de Seguridad no refleja la estructura de poder del mundo de hoy: han pasado más de 70 años desde su creación. Habría que “pluralizar” ese centro de poder. La pregunta es si ello es posible. Porque si el Consejo ampliara su membrecía plena a, digamos, 12 países: ¿aseguraría ello una mejor funcionalidad del sistema? Para exponerlo en términos más prácticos: supongamos por un momento que ingresan al Consejo de Seguridad India, Pakistán, Arabia Saudita, Irán, etc., todos países que han construido poder, ¿será posible que exista acuerdo entre estos actores?

Es difícil pensar que ello facilitará el compromiso de la ONU con la paz y seguridad internacionales. Más bien se incrementará la posibilidad de parálisis de la organización.

Por otra parte, los Estados, debido a su rivalidad, podrían realizar interpretaciones forzadas del artículo 51 de la Carta sobre “el derecho inmanente de legítima defensa”.

Pero antes de cualquier cambio deberá existir un acuerdo entre los cinco poderosos. Esto es un límite mayor al momento de pensar en cambios, particularmente en el mundo de hoy, donde el grado de conflictividad es general y donde no existe orden internacional, algo necesario para el relativo “buen funcionamiento” de las organizaciones intergubernamentales como la ONU.

Soy renuente a pensar que la ONU puede mejorarse en relación con dotarla de más poder: los países preeminentes no están interesados en ello. Repito: no pocas veces proyectan su poder e influencia a través de la organización, por caso, si no se logra una conferencia de escala en la ONU en la cuestión de las armas de exterminio masivo ello se debe a las obstrucciones y manipulaciones de los mismos que poseen esas armas. Ellos no están interesados en que se los limite, pues todos están embarcados en mejorar sus sistemas. Entonces, cuando hay que aprobar alguna iniciativa para tratar la cuestión, no solo se oponen los “legales propietarios” de esos complejos, sino sus vasallos estratégicos, que “no poseen armas nucleares, pero poseen armas nucleares” pues las mantienen en sus países, por ejemplo, países de Europa.

¿Qué mensaje se le puede dar a las personas que hoy en día dudan de la efectividad de la ONU debido a sus recientes decisiones controvertidas como la incorporación de Venezuela al Consejo de Derechos Humanos?

Que es necesaria la existencia de la ONU. El sistema de la ONU es amplio y cumple una labor en algunos casos desconocida.

Asimismo, los “nuevos temas” exigen enfoques y tratamientos multilaterales, por ejemplo, en materia de medio ambiente, migraciones, etc.

Lo que no puedo decirles es que finalmente el derecho prevalecerá sobre el poder y los intereses. La ONU, por más que se esfuerce, nunca logrará lo que sucede hacia dentro de los Estados, donde las instituciones y la ley restringen el poder. En la “arena internacional” el poder y las capacidades limitan a la ley y a las instituciones.


Alfredo Vazquez

Abogado por la Universidad Central de Venezuela, Profesor Instructor de la Escuela de Estudios Internacionales (UCV). Imparte las asignaturas Derecho Internacional Público I y II.

¿Cómo definiría a la Organización de Naciones Unidas en sus propias palabras actualmente?

La Organización de las Naciones Unidas se encuentra en el tránsito entre una organización internacional intergubernamental de carácter tradicional hacia una instancia aun por crear de gobernanza global.  Es una estructura en extremo compleja tanto en el plano institucional como en el normativo que actúa tanto como organización de cooperación en la mayoría de sus propósitos como una organización con poderes coercitivos y supranacionales en una menor escala.

La mutación de la ONU hacia una instancia de gobernanza global está frenada por la estructura tradicional centrada en la soberanía de los Estados miembros, la superación de este modelo significará la posibilidad de transformación de la ONU acorde con las necesidades del mundo contemporáneo.

Por último, más allá de las críticas (justificadas o no) que se puedan formular a su funcionamiento, la ONU es una organización absolutamente indispensable para afrontar los problemas y las oportunidades que afronta la sociedad internacional de nuestros tiempos.

¿Considera que la ONU ha logrado cumplir sus objetivos desde el momento en que fue creada o ha caído en contradicciones a lo largo de su historia?

Si consideramos que la ONU fue fundada con el fin último de prevenir catástrofes semejantes a la Segunda Guerra Mundial es forzoso concluir en que ha tenido éxito, sin embargo una visión amplia de su primer propósito expresado en el artículo 1.1 de la Carta de las Naciones Unidas, muestra que la estructura de voto del Consejo de Seguridad tal como fue estructurada en las conferencias de Yalta y San Francisco ha sido un fardo muy pesado que la ha paralizado en múltiples situaciones críticas desde su fundación.

En su propósito de promover relaciones de amistad basadas en la igualdad soberana y en la libre determinación el éxito de la ONU ha sido rotundo, y únicamente le puede ser regateado si se le ve con mezquindad o ignorancia.

En el propósito de promover la cooperación internacional, sobre todo en el ámbito de los Derechos Humanos, podemos decir que lo que se ha avanzado en el ámbito normativo (que es mucho) contrasta con la insuficiencia de los mecanismos de implementación y de exigibilidad de obligaciones internacionales asumidas por los Estados miembros, estas insuficiencias son responsabilidad última de los Estados, no de la organización como tal.

¿En qué se diferencia la ONU de otras organizaciones previas o contemporáneas? ¿Es mas o menos importante que algunas de ellas?

La Organización de las Naciones Unidas es con mucha diferencia el experimento más ambicioso, importante y completo de organización internacional que se ha creado desde la aparición de este tipo de sujeto del Derecho Internacional hace ya 200 años; ninguna del pasado ni del presente se le puede comparar en su universalidad ni en la amplitud de propósitos y objetivos que desarrolla.

¿Cuáles son los mayores límites de la ONU cuando surge un conflicto internacional en la actualidad?

Los límites de la ONU al momento de afrontar conflictos internacionales, entendidos como amenazas a la paz, quebrantamientos de la paz o actos de agresión vienen en primer lugar por la forma de adoptar resoluciones con carácter obligatorio y potencialmente coercitivo por el Consejo de Seguridad, la cual está condicionada por la célebre regla de la unanimidad de las potencias o regla del veto de los cinco miembros permanentes.

En la Asamblea General la mayor limitación viene dada por el carácter no obligatorio de sus decisiones, que muchas veces vacía de contenido práctico sus resoluciones.

Más allá de los límites normativos, la organización se ve limitada en sus medios presupuestarios y materiales que son puestos a su disposición para afrontar crisis y conflictos internacionales, los Estados gastan muchísimo más dinero y otros recursos en armarse y emprender conflictos que en darles solución pácífica y conforme al Derecho Internacional.

Según su criterio y en base a la pregunta anterior ¿La ONU debería reformar algunos de sus órganos o son los Estados quienes deben cambiar sus concepciones? ¿Cuáles serían las reformas pertinentes en uno u otro caso?

Son los Estados quienes tienen que realizar el salto cualitativo en su concepción de la política, no es posible realizar cambios normativos en la Carta de las Naciones Unidas sin la ratificación de los cinco Estados miembros permanentes del Consejo de Seguridad, y no es posible tampoco dotar a la organización de más medios financieros, humanos y materiales si no le son proporcionados en primer lugar por los Estados, sin perjuicio de que la ONU se abra más a la contribución de otros entes financistas.

Sin la voluntad de cambio de los Estados toda reforma en la estructura de la ONU no pasará de lo meramente simbólico y retórico, sin verdaderos cambios sustantivos.

Esto no es obstáculo para que se puedan dar pasos concretos en la reforma de los órganos de la organización, como los siguientes:

  • Reforma de la Asamblea General para estructurarla a la manera bicameral propia de los parlamentos de Estados federales, manteniendo una cámara o nivel de decisiones como la actual donde todos los Estados miembros estén en igualdad bajo el principio un Estado igual a un voto, y otro nivel o cámara en donde el voto de los Estados sea ponderado tomando en consideración su población y el tamaño de su economía.
  • Supresión del Consejo de Administración Fiduciaria, por haber alcanzado sus fines.
  • Conversión del Consejo de Derechos Humanos en órgano permanente.
  • Reestructuración del Consejo de Seguridad, dando cabida a nuevos Estados miembros permanentes y moderando notablemente la regla de unanimidad de las potencias o derecho de veto de los miembros permanentes.

¿Que mensaje se le puede dar a las personas que hoy en día dudan de la efectividad de la ONU debido a sus recientes decisiones controvertidas?

En primer lugar, se deben evitar los extremos de la idealización y del cinismo; no es posible esperar de ninguna instancia que pueda resolver absolutamente todos los problemas que aquejan a la humanidad y al planeta en general, por lo cual no se debe poner jamás demasiadas esperanzas en ninguna estructura humana, todas sin excepción, son limitadas y defectuosas tal como lo somos los seres humanos en lo individual y en lo social.

Tampoco cabe un cinismo o desinterés cómodo que considere como inmutable y permanente el actual estado de cosas, esta es una cómoda excusa para no hacer nunca absolutamente nada para cambiar la realidad y cruzarse de brazos ante los gravísimos problemas que enfrenta la civilización actual (sociedad del conocimiento, desarrollo de las tecnologías de la información, armas nucleares, cambio climático, agotamiento de los recursos del planeta, insostenibilidad del actual modo de producción de alimentos, etc), todos los cuales están interrelacionados uno con el otro y demandan soluciones interdisciplinarias audaces.

En definitiva, hay que reformar el pensamiento de manera literalmente radical, esto es, desde la raíz, en este sentido la Educación en todos los niveles debe proporcionar las herramientas para que el conocimiento profundo de la realidad tal como es en nuestros días, nos lleve a la transformación de esta realidad en el sentido de la preservación de la especie humana y no a su autoaniquilación.


Esther Mobilia

Licenciada en Educación, mención Ciencias Sociales y Magíster en Historia de las Américas por la Universidad Católica Andrés Bello. Profesora de Historia de las Relaciones Internacionales de la Escuela de Estudios Internacionales de la UCV. Coordinadora del Departamento de Historia de las Relaciones Internacionales de CEINASEG.

¿Cómo definiría a la Organización de Naciones Unidas en sus propias palabras actualmente?

La ONU es una organización que representa la importancia de la cooperación entre los Estados. Es un foro en donde se busca garantizar la paz y la seguridad del mundo, además de asumir un rol de liderazgo en momentos de desastres naturales, a pesar de que en la actualidad vive un período de crisis económica y de percepción por parte de algunos gobiernos.

¿Considera que la ONU ha logrado cumplir sus objetivos desde el momento en que fue creada o ha caído en contradicciones a lo largo de su historia?

Filosóficamente hablando, la institución representa unos valores que son reconocidos por la mayoría de los Estados a nivel mundial, específicamente en lo relacionado con el mantenimiento de la paz, la cooperación entre los países en condiciones de igualdad, así como la libre determinación de los pueblos. Si comparamos la situación actual con lo que sucedía antes de la creación de la Organización de las Naciones Unidas nos damos cuenta que, al menos en parte, el mundo vive un período de relativa paz y que la guerra ha dejado de ser el mecanismo por antonomasia para resolver controversias. Pero la solución no ha sido salomónica: a lo largo del tiempo la organización ha sido cuestionada por aparentemente favorecer a un bando en detrimento de otros o por alzar su voz tardíamente ante situaciones en las cuales había claras violaciones. Una cosa es cierta, no vivimos en 1815 y la ONU no es el Congreso de Viena, por lo que el principio de intervención no está contemplado dentro de sus estatutos, y no debería estarlo, es por ello que el rango de estrategias con el que cuenta la organización puede ser considerado como limitado por ciertos grupos, especialmente cuando de por medio se encuentran presente violaciones a los derechos humanos, fabricación de armas de destrucción masiva, alianzas con el narcotráfico, entre otros casos. Las contradicciones, de haber existido, pudieran coincidir con que, en aras de defender los valores de la institución, los Estados terminan apoyando agendas con el objetivo de favorecer sus intereses en detrimento de la comunidad internacional. Los mecanismos de contrapeso de la organización deberían haber evitado este tipo de situaciones, pero no siempre ha resultado de esta manera.

¿En qué se diferencia la ONU de otras organizaciones previas o contemporáneas? ¿Es más o menos importante que algunas de ellas?

Creo que la relativa estabilidad vivida por la humanidad en la segunda mitad del siglo XX, y digo relativa por las tensiones evidentes en épocas de la Guerra Fría y en la multipolaridad del mundo en el que vivimos, nos hace considerar que la organización ha logrado parcialmente sus objetivos. Ha habido una vocación por cooperar y mantener cierto compromiso con los ideales establecidos en las declaraciones fundacionales de la ONU por una buena parte de los Estados, pero eso no significa que el mundo ha logrado acabar con la pobreza y ha conseguido una armonía completa entre los gobiernos del mundo. A pesar de todo, creo que ha sido un avance digno de mencionar, sobre todo cuando lo comparamos, salvando los contextos y evitando hacer juicios elementales, con organizaciones como la Sociedad de Naciones, creada en la primera mitad del siglo XX después de la Primera Guerra Mundial.

¿Cuáles son los mayores límites de la ONU cuando surge un conflicto internacional en la actualidad?

A grandes rasgos, las tareas a realizar serían, por un lado, lograr con la cooperación de la mayoría de los Estados, incluyendo los miembros del Consejo de Seguridad, y por otro lado, diseñar los mecanismos de negociación que logren objetivos concretos en el contexto de la crisis, evitando que la mayoría de los inocentes sufran las consecuencias. En última instancia, aplicar las sanciones legales pertinentes ante las cortes respectivas. Muchas veces no se cuenta con la cooperación de la mayoría de los miembros, empezando por el Consejo de Seguridad, y además debemos tomar en cuenta que las estrategias desarrolladas por la ONU tienen un cierto rango de acción y los gobiernos agresores, de los que tenemos un número importante de ejemplos, no siempre  están dispuestos a cooperar cuando de por medio se encuentra la posible afectación de sus intereses o el inicio de procedimientos penales en su contra.

Según su criterio y en base a la pregunta anterior ¿La ONU debería reformar algunos de sus órganos o son los Estados quienes deben cambiar sus concepciones? ¿Cuáles serían las reformas pertinentes en uno u otro caso?

El propio Secretario General, António Guterres, ha declarado que la ONU debe llevar adelante un proceso de reformas para que su rol sea cónsono con los tiempos que corren.  En el 2018 la Asamblea General aprobó una reforma para consolidar el objetivo del desarrollo sostenible como la columna vertebral de la organización, por lo que creo que, en aras de mantenerse su vigencia a lo largo del tiempo, la ONU debe desarrollar cambios que le permitan mantener un puesto de relevancia en la comunidad internacional y fomentar la multilateralidad.

 


Magdalena Bas Vilizzio

Uruguaya. Profesora Adjunta de Derecho Internacional Público y Comercio Exterior (Universidad de la República), Profesora Titular de Derecho del Comercio Internacional (Universidad de Montevideo). Investigadora activa del Sistema Nacional de Investigadores. Doctoranda en Relaciones Internacionales (Universidad Nacional de La Plata). Miembro del Tribunal Internacional de Arbitraje de la Comisión Administradora del Río de la Plata (2017-2020).

¿Cómo definiría a la Organización de Naciones Unidas en sus propias palabras actualmente?

La ONU es la expresión máxima del multilateralismo. Sin su existencia no sería posible alcanzar los principios del Derecho Internacional Público. Aun existiendo casos de incumplimiento, si la ONU no existiera, el grado de incumplimiento sería mayor.

¿Considera que la ONU ha logrado cumplir sus objetivos desde el  momento en que fue creada o ha caído en contradicciones a lo largo de su historia?

La ONU trabaja todos los días para cumplir con sus objetivos. El paso del tiempo ha marcado la pertinencia de analizar y regular nuevos temas (ej. La protección del medioambiente o la defensa de la equidad de género) o nuevos desafíos para la paz y seguridad internacional (ej. La ciberseguridad). El mundo es cambiante, los desafíos aumentan cada día, solicitarle a una institución compuesta por seres humanos que no falle nunca, sería una utopía.

¿En qué se diferencia la ONU de otras organizaciones previas o  contemporáneas? ¿Es más o menos importante que algunas de ellas?

 Reitero, la ONU es la expresión máxima del multilateralismo. Es la organización internacional universal y general por naturaleza.  Su antecesora, la Sociedad Naciones, tuvo esta vocación pero las circunstancias coyunturales no le permitieron continuar.

¿Cuáles son los mayores límites de la ONU cuando surge un conflicto internacional en la actualidad?

El principal límite es el uso del veto en el Consejo de Seguridad. Si este órgano es el encargado de la paz y seguridad internacional y hay cinco miembros con asiento permanente y derecho a veto, el cuestionamiento aquí sería: ¿quién controla al controlador? Responder esta pregunta es entrar a un círculo vicioso. Sería más productivo pensar en una reforma con clave con la nueva distribución de poder del siglo XXI. Proyectos existieron, ninguno de ellos prosperó.

Según su criterio y en base a la pregunta anterior ¿La ONU debería reformar algunos de sus órganos o son los Estados quienes deben cambiar sus concepciones? ¿Cuáles serían las reformas pertinentes en uno u otro caso?

Considero que el camino actual está en una reforma del Consejo de Seguridad conforme a la nueva geografía de poder. Proyectos existieron pero no prosperaron. En la actualidad, plantear un proyecto de reforma implicaría una mirada amplia y diversa, mayor representación geográfica y demográfica, pero evitar que un mayor número de miembros en el Consejo de Seguridad tenga como consecuencia que este se vuelva inoperante. Sin duda es el gran desafío de la próxima década. 


Mayger Urbina

Licenciado en Estudios Internacionales y Abogado por la Universidad Central de Venezuela. Se desempeña como Profesor de Teoría de las Relaciones Internacionales en la Escuela de Estudios Internacionales y es cursante en la Maestría de Derecho Internacional Privado y Comparado de la UCV. Coordinador del Departamento de Cooperación, Derecho y Sociedad Internacional de CEINASEG.

¿Cómo definiría a la Organización de Naciones Unidas en sus propias palabras actualmente?

La Organización de Naciones Unidas (ONU) podría definirse como la representación inacabada y perfectible del núcleo político-juridico-institucional del mundo contemporáneo. 

¿Considera que la ONU ha logrado cumplir sus objetivos desde el  momento en que fue creada o ha caído en contradicciones a lo largo de su historia?

Si entendemos que los objetivos iniciales de la ONU vienen determinados por un contexto en el que resultaba transversal la estabilidad política por encima de otros fines necesarios, podríamos considerar que ha sido mayoritariamente  coherente.

Sin embargo, cuando estos mismos objetivos se analizan a través del tamiz brindado por la complejidad integral de su andamiaje institucional, consideramos que la ONU ha sido muestra de las pugnas eternas entre el deber ser y el ser, en tanto dicotomía propia de las relaciones de poder y los procesos de concienciación tanto individual como colectiva.  En otras palabras, sus contradicciones han venido determinadas por  la ejecución de acciones sobre la base cuasi-exclusiva del aparato estatal que han  generado que se impongan tendencias alejadas al mínimo necesario para garantizar la coexistencia efectiva  de los diferentes actores que hacen vida en la realidad internacional.  

¿En qué se diferencia la ONU de otras organizaciones previas o  contemporáneas? ¿Es más o menos importante que algunas de ellas?

No parece propicio establecer rangos de jerarquía e importancia entre los variopintos mecanismos de la realidad política y jurídica propia a los momentos históricos. No obstante, lo que ha tenido la ONU es una permanencia en el tiempo que creemos viene determinada por la confianza que -aún y sus contradicciones- genera en los diferentes actores de la realidad internacional, en tanto organización perfectible y tribuna ideal para la visibilización de múltiples realidades. Precisamente su amplitud en cuanto a la disgregación del poder, es su sello distintivo. 

¿Cuáles son los mayores límites de la ONU cuando surge un conflicto internacional en la actualidad?

La intrínseca conexión con su origen resulta paradójicamente su mayor limitante, por cuanto la disgregación o fragmentación de sus espacios de poder real pensados en clave decisioria del «Estado-Nacion» dificulta la operativizacion de sus acciones y perpetua la respuesta burocrática tradicional a conflictos que ya no atienden a las mismas características del siglo pasado sino que por el contrario involucran factores que ya no son exclusivamente políticos.  

Según su criterio y en base a la pregunta anterior ¿La ONU debería reformar algunos de sus órganos o son los Estados quienes deben cambiar sus concepciones? ¿Cuáles serían las reformas pertinentes en uno u otro caso?

Ambas vías son factibles si se entiende que estamos en un mundo regido por la idea  de la complejidad y la interdisciplinariedad para la construcción de una verdadera gobernanza global. Por ende, la ONU podría realizar paulatinos cambios en las relaciones de poder de sus principales órganos, al tiempo que la ciudadania puede reafirmar, como de hecho lo ha empezado a hacer, que los problemas derivados de la globalización no pueden ser atentidos en clave local sino que requieren esfuerzos mancomunados que derrumben la maximacion de ganancias y cedan paso a estrategias cooperativas. 

En ese sentido, parte de las propuestas graduales podrían ser sintetizadas en:

a) Generación de una Oficina Especializada en la Justicia Transicional que actúe en cooperación con las instancias públicas y privadas que a nivel mundial han trabajado estos topicos. 

b) Cambios en los mecanismos de financiación de la ONU para evitar la dependencia estatal y generar la posibilidad de gravar con pequeños impuestos las transacciones internacionales. 

c) Reestructuración y unificación de los espacios institucionales internos que se encargan de los mismos temas o asuntos.  

d) Generación de alianzas institucionales con actores no estatales que coadyuven en la controlaría financiera y política de las diferentes instancias internas y aquellas dependientes del sistema ONU. 

e) Aumento del número de miembros no permanentes del Consejo de Seguridad. 

¿Qué mensaje se le puede dar a las personas que hoy en día dudan de la efectividad de la ONU debido a sus recientes decisiones controvertidas como la incorporación de Venezuela al Consejo de Derechos Humanos?

La renovación inmediata de la ONU por diferentes vías paulatinas es una tarea necesaria pero eso no puede hacernos olvidar que las contradicciones no empezaron apenas ayer.  Particularmente, la ineficiente discusión sobre el concepto de derechos humanos y su poca coordinación con diferentes conjuntos culturales históricamente excluidos del debate, constituye una génesis importante al rechazo que reciben muchas de sus medidas. No obstante, esto en nada tiene que ver con la situación actual de Venezuela sino con una realidad mas compleja que parece olvidarse cuando se discuten y evaluan estos temas en los que pareciera que nadie (a nivel de Estados) tiene un manto de sinceridad absoluta (presicamente por no dar mayor apertura al tema). 

En todo caso, afirmamos que no internalizar que la representación en los diferentes órganos de la ONU es una condición necesaria para poder evaluar los problemas que nos afecten a todos, es no entender el carácter político de un organismo como este. Insistimos que la cuestión pasa por desligarnos de la idea que lo que representa la ONU del siglo XXI debe ser un escenario exclusivo de los Estados.