Resumen

Las funciones diplomáticas y consulares constituyen un área tradicional que, en el marco del desarrollo tecnológico actual, no han quedado exentas de la novedosa óptica brindada por la inteligencia artificial. En tal sentido, en aras de presentar algunas bases sobre tema y utilizando el recurso analógico como método analítico, el lector podrá identificar unas aproximaciones rasantes no concluyentes, pero con pretensión de utilidad práctica en el área de las relaciones internacionales, cuyo enfoque se centra en algunos aspectos puntuales que, alejados de escenarios de ficción, se relacionan con la forma como se está comenzando a plantear la actividad desplegada en embajadas y consulados.  

Palabras clave: Embajadas, Consulados, Inteligencia Artificial, Relaciones Internacionales, Gobernanza Global.


En el mundo cinematográfico en general y de Marvel[1], en particular, permanentemente se juega con la asociación discursiva entre las historias y lo que es capaz de construir nuestra mente.

Por ello, hablar de la posibilidad de inteligencia artificial (IA o AI) en las siempre cuidadas y tradicionales funciones diplomáticas y consulares, necesita aludir a ideas que trasciendan en el tiempo y ¿Por qué no?, requiere de analogías que hagan menos denso este tema. 

Al respecto, bajo la utilización de alguna de las películas más famosas en los últimos años, inspiradas en comics escritos en plena guerra fría dentro de los EEUU, el lector podrá identificar unas aproximaciones analíticas rasantes no concluyentes pero con pretensión de utilidad práctica.

Así entonces, tal como KAREN[2] colabora con el conocido Spider Man[3], tenemos que la misma representa un sistema útil para hacer analogía con los revolucionarios usos de sistemas algorítmicos programados que, en la actualidad, están siendo propuestos para salvaguardar y potenciar, según sea el caso y requerimiento, algunas tareas vinculadas a la protección del interés nacional en clave clásica estatal o los asuntos que se relacionan con los diversos intereses propiamente tales de los connacionales. 

Todo ello, en el entendido que la ayuda de la IA para lograr una mayor eficiencia en las relaciones de carácter político (diplomacia) o jurídico-administrativo (consular) por parte de los actores centralizados (no abordamos aquí las formulas no tradicionales de acción exterior o política internacional) facilitaría el dinamismo de la política exterior en cualquier unidad político-territorial del mundo actual, sin que de antemano importe su historia previa o las características de su institucionalidad.

Algunos autores han sugerido que en estos temas es fundamental “…the distinction between AI as a diplomatic topic, AI as a diplomatic tool, and AI as a factor that shapes the environment in which diplomacy is practiced”[4].

Por nuestra parte, asumimos que al hablar sobre digital diplomats/diplomáticos digitales, estamos tocando las tres perspectivas. A su vez, cuando consideremos algunas proyecciones en la materia relacionadas con la toma de decisiones diplomática, igualmente estaríamos viendo la aplicación de sistemas similares a KAREN como un tema, como herramienta y como factor. Mientras que, en el área consular, si bien no tenemos conocimiento de distinciones teóricas previas más profundas, es innegable que los sistemas de IA:

  • amplían la agenda del debate consular (en lo político, económico, social, jurídico y cultural)
  • influyen en el entorno donde se desarrolla la actividad
  • constituyen un instrumento colaborativo que podría mejorar ostensiblemente las peticiones ciudadanas.

En otros términos, desde lo diplomático y consular se hace notar la ubicuidad de este tema.[5]

  1. Digital Diplomats / Diplomáticos Digitales

Brevemente, por diplomacia o diplomáticos digitales no estaríamos hablando de algún tipo de robot o sistema sustitutivo de los seres humanos. Por el contrario, a pesar de las dificultades terminológicas de un campo en construcción, solo aludiríamos a un asunto complementario a lo que hoy se conoce por Diplomacia Digital[6].

En este caso, un sistema como KAREN que en las películas ofrece informaciones, alternativas y sugerencias para lograr los objetivos del héroe, se puede asimilar a lo que la IA brinda a la diplomacia a niveles diagnóstico, operativo y prescriptivo[7].

Parafraseando al distinguido Bjola[8], un sistema de IA, entre otras cosas, buscará determinar el nivel de interés (positivo, negativo, neutral) de un público, institución o gobierno con el que se esté dando determinada relación en un tópico especifico. Seguidamente, analizaría las causas de tales afinidades, evaluaría el impacto y simularía escenarios concretos que pueden ir desde una aparentemente sencilla respuesta por red social, hasta la estructuración de una política pública[9].

Por consiguiente, la IA es propensa a trazar -en breve tiempo- una ruta para que los diferentes actores políticos comunes (personas naturales o jurídicas) se alineen a los objetivos de una determinada política exterior aterrizada en materia diplomática-consular y ejecutada por un funcionario de carrera que, junto a su propia experiencia, llegaría a una decisión final del mismo modo que Spider Man toma en cuenta todas las probabilidades estudiadas por KAREN cuando, en dichas películas, era vital determinar la estructura de un ferry con peligro de quedar a la deriva.

Quizás de ello depende salvar el barco de la diplomacia actual, sometida, por cierto, a turbulencias que durante la pandemia por coronavirus también se asemejan a ese mundo donde algo tan rápido como un chasquido de dedos al modo Thanos[10], expone las funciones políticas a un peligro de desmaterialización. Desmaterialización que, como expone Orozco Barrera, “abrazamos velozmente en reuniones, discusiones, negociaciones y en la resolución del sinnúmero de asuntos que son del corazón de la vida diplomática[11]

  1. Inteligencia Artificial y toma de decisiones diplomáticas en materias sensibles

Sobre el particular, no son pocos los focos analíticos desde donde se resalta la importancia de ponderar situaciones en tiempo real para no ralentizar las decisiones.

En ese sentido, debemos considerar conceptos amplios de seguridad nacional que, aunque no serán abordados en esta oportunidad, en pleno siglo XXI representarían una amplia noción que va más allá de la fuerza de los cañones y se acercan a la actividad realizada por aquel emisario estatal con privilegios e inmunidades, residente en territorio extranjero o frente a espacios multilaterales.

No olvidemos que son los consensos concretos, las alianzas y la circulación de información vital las que marcan diferencia entre una situación de tensión y una verdadera crisis. No en vano, desde 2018, algunos portales de noticias ya referían experimentos de análisis geopolítico con IA por parte de potencias como China[12].

Por ello, intentando neutralizar la carga emocional de ciertas circunstancias, un sistema de IA aplicado en las relaciones diplomáticas permitiría hacer vivos, entre otros aspectos, algunas variables reflejadas en los informes realizados para el Center for a New American Security, puesto que, en atención al interesante trabajo de Bjola ya referido,[13] existiría potencial claro para:

  • Reducir la brecha idiomática entre países para la atención de casos urgentes que requieren comunicación gubernamental.
  • Reducir la brecha idiomática entre los ciudadanos y los gobiernos receptores de la embajada respectiva.
  • Optimizar la seguridad de la sede física de las misiones diplomáticas a través del reconocimiento de imágenes y tecnologías de clasificación de información.
  • Colaborar en la eficacia de operaciones humanitarias.
  • Mejorar el monitoreo u observación de procesos electorales.
  • Supervisar las ayudas financieras o proyectos que comprometan recursos económicos importantes.
  • Ponderar con mayor velocidad y en tiempo real, algunos efectos de la Cyber-Foreign Policy o Política Exterior Cibernética.

En consecuencia, así como KAREN es capaz de colaborar con Spider Man para que este entienda todas las funcionalidades de su traje, cualquier IA aplicada en la dinámica diplomática facilita el uso adecuado de informaciones sensibles para contribuir al reconocimiento de condiciones de seguridad (dentro y entre los países) que, simultáneamente, estabilizan la imperfecta paz internacional.

  1. Función Consular contemporánea

Al respecto, coincidimos con el citado Bjola en cuanto a que la naturaleza de las relaciones jurídicas constitutivas de este sector tiene mayores facilidades para su esquematización, ya que el cumplimiento de requisitos, fases o lapsos puede canalizarse de un modo estandarizado con procesos tecnológicos.

Sin quitarle merito a los aspectos valorativos que jamás desaparecen, una parte de los servicios consulares posee operaciones recurrentes y rutinarias basadas en procedimientos claros y estables que no necesitan ser tratados con procedimientos nuevos (en cuanto a la forma) cada vez que se debe tomar una decisión, por ejemplo, respecto a la admisión de una solicitud.

Por ende, son procesos susceptibles de digitalización que por añadidura permitirían el descubrimiento de técnicas para organizar los datos que hacen posible identificar patrones, estadísticas y relaciones determinadas[14] al mejor estilo del protocolo “Training Wheels”[15] que, una vez verificado en sus fases correspondientes, son ejecutados por KAREN ante Spider Man.

Precisamente así funciona KAREN, quien con su voz en las películas podría caracterizar lo mismo que hacen los chat-bots que, hoy por hoy, incipientemente ayudan con las solicitudes de visa, la asistencia legal para solicitantes de protección internacional y con algunos registros consulares variados.[16]

  1. Algunas conclusiones preliminares

Un mecanismo de IA dotado de absoluta autoconciencia en la función diplomática y consular basado en lo que se conoce como formulas avanzadas de inteligencia artificial fuerte, no parece factible siquiera cuando el desarrollo tecnológico lo permita, sobre todo porque las relaciones humanas van más allá de datos o decisiones completamente estructuradas.

Lejos de entrar en afanosos debates epistemológicos, mantenemos una idea reiterada según la cual la esencia compleja del campo internacional es indisoluble a elementos de incertidumbre y heterogeneidad. Por tanto, incluso como sucede en las películas que sirvieron aquí de referencia analógica, la potenciación más realista de la IA funciona mientras los que controlen el proceso sean, como en la labor diplomática y consular, personas capacitadas y con experiencias que facilitan la valoración de casos concretos.

Ahora bien, al ser irrefutable la brecha positiva de aumento cognitivo, junto a las mejoras de velocidad y eficacia, resulta clave entender la IA como complemento, ya que así lo que se hace es aumentar la capacidad de respuesta de los funcionarios, al tiempo de reducir ciertos esfuerzos físicos que pueden usarse para justamente potenciar su labor interactiva.

En suma, coincidimos con que focalizar el potencial de la IA en la mejora del servicio público como tal (diplomático o consular), en palabras del citado Bjola permite, entre otras cosas, comprender las preferencias de las diásporas, impulsar el desarrollo técnico-humano y evitar vacíos conceptuales sobre aquellas tareas que pueden mejorarse.

Los protocolos de esta película cada vez más real apenas comienzan sus sorpresas pues los efectos diplomático-consulares con IA creemos se extenderán a las fórmulas de cooperación internacional, las iniciativas de regulación normativa, en temas de DDHH y hasta en variadas cadenas de valor.

 


Referencias

[1] Conjunto de producciones audiovisuales desarrolladas por Marvel Studios como integrante de los Walt Disney Studios.

[2] En el mundo ficticio de Marvel es conocido como un sistema diseñado por Tony Stark o Iron Man, cuyas funciones le permiten actuar como una interfaz para dar recomendaciones en la toma de decisiones frente a situaciones problemáticas que, en las películas, tienden a centrarse en la lucha contra criminales o delincuentes.

[3] Personaje ficticio que desde su adolescencia ejecuta actividades heroicas basadas en habilidades adquiridas por la picadura de una araña radioactiva.

[4] Corneliu, Bjola, “Diplomacy in the Age of Artificial Intelligence” en: EDA WORKING PAPERS, United Arab Emirates, January 2020, p. 23.

[5] Granero, Horacio Roberto, “La Inteligencia Artificial aplicada al Derecho -el cumplimiento del sueño de Hammurabi-” en: Revista Iberoamericana De Derecho Informático (Segunda Época). Federación Iberoamericana de Asociaciones de Derecho e Informática. Año 1, N° 5, 2018, Págs. 1-133

[6] Ver: https://ceinaseg.com/de-la-diplomacia-publica-a-la-diplomacia-digital/

[7] Corneliu, Bjola, “Diplomacy in the…”; ob. cit. p. 24.

[8] Ibídem, pp. 28-30.

[9] Ibídem, p. 28.

[10] Personaje de ficción con características de villano, visión nihilista y culto a la muerte, que durante la adaptación de las películas de Marvel logra la manipulación del Espacio, la Realidad, la Energía, la Mente, el Cuerpo, el Tiempo y el Alma a través de un guante que controla con el movimiento de sus dedos.

[11] Ver: https://blogs.elespectador.com/actualidad/ese-extrano-oficio-llamado-diplomacia/diplomacia-artficial

[12] Ver: https://actualidad.rt.com/actualidad/283221-china-utilizar-inteligencia-artificial-diplomacia

[13] Ibídem, p. 23.

[14] Ibídem, p. 23.

[15] Alusión expresa en la película Spider-Man: Homecoming estrenada mundialmente en el año 2017.

[16] Corneliu, Bjola, “Diplomacy in the…”; ob. cit. p. 25.

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