Para finales del siglo XVIII, Francia se erigió como un centro de poder fundamental del sistema internacional europeo. El predominio británico y la balanza de poder que había prevalecido desde la Guerra de Sucesión Española comenzó a napoleónicas. Esto conllevó la formación de una serie de coaliciones entre los Estados europeos para mantener el statu quo y contener la expansión militar francesa.

Por su parte, la alianza entre España y Francia se vio vulnerada cuando las tropas francesas lograron tomar el control militar de Madrid e incluso, luego de unos meses, el Rey de España Carlos IV y su hijo Fernando VII en Bayona abdicarían a favor de Napoleón Bonaparte, consolidando así las pretensiones francesas de dominar también toda la Península Ibérica para lograr su objetivo último: aislar a Inglaterra. 
Las consecuencias de este hecho comenzaron a repercutir en las colonias hispanoamericanas, debido a que se modificó la relación de poder entre la metrópoli y sus colonias, lo que condujo a un vacío de poder y conflictos sobre la legitimidad monárquica. Es así como diversas juntas administrativas de las colonias se rehusaron a recibir órdenes de Napoleón y del recién conformado Consejo de Regencia de Cádiz, mostrando lealtad directa a Fernando VII. Estas juntas ejercieron funciones de autogobierno ante circunstancias extraordinarias, sin romper relaciones con la metrópoli, aunque se encontraba ocupada por un ejército extranjero. 
En este contexto, tal día como hoy, el 19 de abril de 1810, el Cabildo Municipal de Caracas decide el establecimiento de la Junta Suprema Conservadora de los Derechos de Fernando VII. Lo que deja entrever que, aunque la independencia absoluta a la metrópoli no era el objetivo inicial para el momento, esta fecha puede estimarse aun así como el inicio del proceso independentista de Venezuela.


Andreina Jota, Gabriela Rodrigues, Jorge Hernandez, Nelson Figueira, Valenthina Tovar y Valentina Torres