Recientemente en la Cumbre de Madrid, coordinada por la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), se decidió aceptar la entrada de Finlandia y Suecia a esta alianza político-militar y otorgarles el estatus de miembros. Este suceso acaba con la neutralidad que ambos países habían mantenido desde ya hace tiempo, y ante los ojos de Rusia los posiciona como aliados de occidente. Asimismo, este hecho suscita la incógnita sobre las implicaciones que tiene la entrada de ambos países a la OTAN en el ámbito geopolítico; no obstante, para resolver esta pregunta es importante entender el contexto previo que abarca desde los motivos por los que se funda la OTAN, hasta las razones por las que Finlandia y Suecia deciden formar parte de la alianza.

La Organización del Tratado del Atlántico Norte surge en el contexto posterior a la Segunda Guerra Mundial, en dónde los países europeos, y especialmente las grandes potencias europeas, quedaron profundamente afectados perdiendo gran parte de su poder e influencia; contexto en el cual surgieron Estados Unidos y la Unión Soviética como los nuevos actores dominantes del Sistema Internacional. 

En la búsqueda de aliados en este nuevo escenario, Estados Unidos lideró la iniciativa conocida como Security Umbrella que buscaba la protección de Europa Occidental de la amenaza soviética, dicha iniciativa fue materializada por medio de la OTAN, como lo muestra John McCormick (2008). Ahora bien, en el Tratado de Washington (documento por el cual se crea la OTAN) en el artículo 1 se establece: 

Las Partes se comprometen (…) a resolver por medios pacíficos cualquier controversia internacional en la que pudieran verse implicadas de modo que la paz y seguridad internacionales, así como la justicia, no sean puestas en peligro, y a abstenerse en sus relaciones internacionales de recurrir a la amenaza o al empleo de la fuerza de cualquier forma que resulte incompatible con los propósitos de las Naciones Unidas (Organización del Tratado del Atlántico Norte, 1949).

Es decir, la organización se perfilaba como una institución que buscaba la cooperación para mantener la paz.

En esa misma línea, desde la disciplina de las Relaciones Internacionales diversos autores se interesaron en explicar las razones por las cuales los Estados deciden cooperar en el ámbito de seguridad. Uno de los más destacados fue Robert Jervis quien nos habla de los Regímenes de Seguridad: 

Por régimen de seguridad me refiero (…) a los principios, reglas y normas que permiten a las naciones reprimir su comportamiento en la creencia de que los demás les corresponderán. Este concepto implica no sólo normas y expectativas que facilitan la cooperación, sino una forma de cooperación que es más que el seguimiento del interés propio a corto plazo (Jervis, 1982).

Lo relevante de este concepto no solo es su definición, sino que Jervis (1982) también establece las condiciones para el surgimiento de este tipo de regímenes: en primer lugar, debe existir la voluntad de las grandes potencias para establecer un régimen, en este caso la voluntad de tener influencia en los países occidentales de Europa por parte de Estados Unidos; en segundo lugar, debe existir la misma concepción de seguridad, para los países era la cooperación entre países con el fin de mantener la estabilidad y el bienestar; en tercer lugar, los actores no deben creer que la seguridad puede garantizarse por medio de la expansión, el respeto de la soberanía de otros países se perfila como un pilar fundamental de la estabilidad que buscaban. 

En cuarto lugar, la guerra debe ser considerada peligrosa y costosa, algo que era evidente para los países europeos después de la Segunda Guerra Mundial; finalmente, se debe establecer una distinción entre capacidades defensivas y ofensivas, en la OTAN la alianza entre países buscaba (como mecanismo de defensa) disuadir al enemigo de atacar, no obstante en el artículo 5 del Tratado de Washington (1949) se establece que un ataque armado contra un miembro es considerado un ataque dirigido a todos los miembros y que se tomarán medidas para reestablecer la seguridad en la zona del Atlántico Norte. 

Además de los regímenes de seguridad, la institución de la OTAN puede explicarse a la luz de la teoría de los Complejos de Seguridad Regional (CSR) propuestos por Barry Buzan y Ole Waever. De acuerdo con la definición original, los CRS se entienden como: “un grupo de Estados cuyas preocupaciones principales en materia de seguridad están lo suficientemente vinculadas entre sí como para que su seguridad nacional no pueda ser considerada de manera razonable por separado.” (Buzan, 1983). De manera que el establecimiento de estos es producto del equilibrio de poder (dados por la estructura anárquica) y las presiones de la proximidad geográfica, según Buzan & Waever (2004), ya que al tener territorios adyacentes la seguridad de esa frontera debe ser abordada por los países que la comparten, a diferencia de países que se encuentren en otro continente; igualmente hay otros factores que influyen en los CSR como factores históricos: enemistades que han perdurado o las similitudes culturales que comparten los Estados de una región. 

Ahora bien, retomando la entrada de Finlandia y Suecia como miembros de la OTAN es un hecho importante ya que acaba con la posición neutral que ambos países tomaron desde hace tiempo. La neutralidad de Finlandia se explicaba a raíz de un acuerdo establecido con la Unión Soviética, después de enfrentarse en la Guerra de Invierno, en el que este país no se involucrara en ningún conflicto y/o alianza militar a cambio de conservar su autonomía política y económica; por su parte Suecia se había mantenido neutral después de las guerras napoleónicas ya que su papel en estas le ocasionó numerosas pérdidas territoriales (Cordero, 2022).

Considerando los hechos más recientes relativos a la invasión de territorio ucraniano por parte de Rusia ambos países nórdicos han decidido abandonar la neutralidad y entrar a la Alianza como un mecanismo de defensa ante una posible agresión, ya que, de recibir un ataque siendo miembros de la OTAN, estarían respaldados por los otros miembros de la organización (como se explicó anteriormente). 

Como se esperaba esta decisión no fue vista con buenos ojos por parte de Rusia, pero a su vez la ha usado para respaldar la narrativa sobre la amenaza que representa la Alianza a su soberanía. De hecho, desde el gobierno se han empezado a tomar medidas como el anuncio hecho por el ministerio de Asuntos Exteriores que afirmó que cortaría los vínculos con una ONG finlandesa y prohibió dos agencias suecas: la Agencia Sueca de Cooperación Internacional para el Desarrollo y el Instituto Sueco (Roth, 2022). De igual manera, el presidente ruso (Vladimir Putin) afirmó que no tiene problemas territoriales con Finlandia y Suecia, a diferencia de Ucrania; no obstante, de establecerse contingentes e infraestructura militar se verían obligados a responder de manera simétrica a las amenazas que esto pueda suscitar (Roth, 2022). 

Finalmente, y a pesar de que no tienen disputas territoriales con Rusia, es relevante señalar que en el ámbito geográfico Rusia comparte el acceso al mar Báltico con ambos países, acceso que tiene a través del golfo de Finlandia (que comparte también con Estonia) y que a su vez está próximo al golfo de Botnia (ubicado entre la costa este de Suecia y la costa oeste de Finlandia. De acuerdo con Mackinlay, el Báltico continúa siendo el principal acceso marítimo al núcleo económico más importante de Rusia, su región noroeste y sus puertos principales, (incluidos los del golfo de Finlandia), están abiertos al tráfico durante todo el año (2018). Considerando que el resto de las costas rusas se encuentran en zonas que por su proximidad al Ártico permanecen congeladas, y por lo tanto impiden la navegación, garantizar su acceso al mar Báltico es importante para este Estado. 

Teniendo en cuenta lo anterior, los ejercicios navales por parte de Rusia en el Báltico probablemente no cesen ya que en esta área también se han desarrollado ejercicios de entrenamiento por parte de la OTAN, los cuales han sido percibidos como una amenaza. Por consiguiente, el grado de tensión por la influencia en el mar báltico entre Rusia y la OTAN aumentará por el ingreso de Finlandia y Suecia a dicha Organización. 


Bibliografía

Buzan, B. (1983). People, states, and fear : the national security problem in international relations. Wheatsheaf Books.

Buzan, B., & Waever, O. (2004). Regions and Powers: The Structure of International Security (pp. 40–89). Cambridge University Press.

Cordero, Á. (2022, mayo 26). ¿Cuál es el origen de la neutralidad de Suecia y Finlandia? . France 24. https://www.france24.com/es/programas/historia/20220525-historia-suecia-finlandia-neutralidad-otan

Jervis, R. (1982). Security Regimes. Source: International Organization, 36(2), 357–378. https://www.jstor.org/stable/2706526?seq=1&cid=pdf-

Mackinlay, A. (2018). Escandinavia, una geopolítica marcada por lo marítimo. En Instituto Español de Estudios Estratégicos.

McCormick, J. (2008). Origins: the Postwar World. En The European Union politics and policies (4th ed., pp. 37–54).

Organización del Tratado del Atlántico Norte. (1949, abril 4). Tratado de Washington. https://www.nato.int/cps/en/natohq/official_texts_17120.htm?selectedLocale=es

Roth, A. (2022, junio 29). Putin issues fresh warning to Finland and Sweden on installing Nato infrastructure . The Guardian. https://www.theguardian.com/world/2022/jun/29/russia-condemns-nato-invitation-finland-sweden

 

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