Todos aquellos que hayamos jugado al Risk (en inglés, Riesgo) hemos, en algún momento, sentido que simulábamos los legendarios conflictos entre reinos -y naciones que han configurado nuestro mundo. Pero ¿es en efecto un reflejo de las Relaciones  Internaciones? Depende de a quién le preguntes. Liberales, constructivistas y marxistas,  entre otros, se llevarían las manos a la cabeza ante semejante afirmación. Los realistas,  no obstante, sí verían en la dinámica del juego una réplica de la geopolítica global. 

Para entender el bagaje “realista” del juego debemos remitirnos a sus orígenes. El  Risk fue creado en 1950 por un director de cine francés llamado Albert Lamorisse, quien  creo el juego inspirándose en las Guerras Napoleónicas del siglo XIX (Díaz, 2020). Siete  años después de su creación, comenzó a ser comercializado bajo el nombre de La  Conquête Du Monde (en francés, La conquista del mundo) y tras su gran éxito en ventas,  la empresa estadounidense Parker Brothers adquirió los derechos en 1958 y cambió su nombre a Risk, con el que se le conoce hoy en día (Díaz, 2020). Es, por lo tanto, un juego de estrategia gestado en la década dónde la escuela realista se hizo hegemónica en el estudio de las RR. II. tras el pesimismo suscitado por la Segundo Guerra Mundial. Este  paradigma de estudio se puede resumir como la noción del Estado como único actor  internacional y el énfasis en el interés nacional (en términos de supervivencia) y el rol  del poder en la geopolítica (Bell, 2021).  

Podemos apreciar las interpretaciones realistas en dos aspectos fundamentales del  juego: los actores globales y el objetivo común de dichos actores. Por un lado, cada  jugador representa un Estado con el control sobre los territorios asignados; es decir, en el  devenir de la “conquista del mundo” solo infiere la acción de los Estados (los jugadores) y sus intereses. Bajo las normas del juego, no hay una autoridad política centralizada que  regule la interacción entre los Estados, pues la única limitación de los jugadores es el  poder de ataque y defensa que proporciona el número de soldados. Asimismo, se refleja un mundo dividido en Estados-nación que actúan bajo la anarquía internacional defendida desde el realismo. Por otro lado, al actuar en un entorno anárquico, el poder y  el interés nacional se configuran como la esencia de la política global, y del juego en  cuestión. Asumiendo la naturaleza pesimista del Estado promulgada desde el realismo, el  objetivo de cada Estado en el Risk es, naturalmente, conquistar el mundo. 


Bibliografía 

Bell, D. (22 de julio de 2021). Realism. Encyclopedia Britannica.  https://www.britannica.com/topic/realism-political-and-social-science 

Díaz, B. (18 de abril de 2020). Risk, un juego para conquistar el mundo. El Mundo.  https://www.elmundo.es/metropoli/otros 

planes/2020/04/18/5e82027ffdddff03488b45c7.html

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