Desde el próximo 23 hasta el 26 de mayo de 2019, los europeos deberán elegir a los próximos 751 candidatos que formarán parte del Parlamento Europeo para la legislatura 2019-2024, siendo la única institución de la Unión Europea (UE) electa por la población. Dicho órgano legislativo tiene la responsabilidad de examinar y adoptar la legislación del bloque, así como otros tratados internacionales, revisar el presupuesto presentado por el Consejo y velar por el buen funcionamiento democrático de las instituciones del grupo y de los distintos órganos que componen la UE (competencia de control).

Si bien su predecesora, la Asamblea Europea, tenía competencias reducidas, las reformas posteriores del bloque han permitido ampliar el número de funciones, lo que le ha permitido al Parlamento ganar peso y mayor capacidad de decisión; siendo hoy el único órgano de la UE encargado de representar los intereses de la población mediante sus funciones legislativas.

Así, a tan pocas semanas de acudir a las urnas, de acuerdo al diario español El País, los sondeos vaticinan una mayoría sobre la coalición del Partido Popular Europeo con los socialdemócratas, sin contar con que una posible alianza de los grupos nacional-populistas y euroescépticos de Europa pueda alcanzar un número de 181 escaños. A ello se le suma el auge de la extrema derecha en la región y la victoria del populismo en países como Italia y Austria.

Por tanto, los futuros eurodiputados electos se enfrentarán a una actualidad política definida por desafíos comunes como la continuación del Reino Unido en el bloque tras el Brexit, la persistente deuda económica de la Eurozona, la crisis migratoria que ha afectado la región desde 2015, las amenazas en materia de seguridad regional como terrorismo o cyber-ataques, cambio climático, entre otros, cuyas medidas definirán el nuevo camino de la organización como bloque transnacional.

Gabriela Suarez (desde España)